Del 53% de posesión en la Euro al 40% en Rusia
Deschamps cambió de plan y triunfa sin posesión
En este Mundial en el que el balón parado es tan importante y como más daño se hace es al contragolpe, la selección francesa de Deschamps es sin duda el ejemplo más claro de adaptación al tipo de juego. Después de una Eurocopa hace dos años en la que perdió la final siendo un equipo dominador (promedió un 53% de posesión) y amante de la pelota, el cambio de registro le ha conducido a la pelea por el título de una forma muy poco vistosa pero sí muy efectiva. Ante Bélgica llevó esto al extremo. Tuvo un 40% de la posesión y ganó en un córner. Lo mínimo posible en cuanto a creación para alcanzar la final del Mundial. Pero está en ella.
Los datos medios de posesión de los galos durante todo el torneo también indican esta tendencia. Contando sólo los partidos de cruces (Argentina en octavos, Uruguay en cuartos y Bélgica en semifinales), la media de posesión fue de un 46%, todavía inferior a la de Francia 2016. En todos ellos se dedicó a conservar más que a arriesgar y le fue bien. Es más, en los tres se adelantó en acciones a balón parado: Griezmann de penalti ante los argentinos, Varane en una falta ante Uruguay y Umtiti en un córner frente a Bélgica.
Si se añaden también los partidos de la primera fase, en la que los rivales eran de menor entidad, la posesión media de Francia es un poco mayor en todo el Mundial (49%). Es decir, sigue siendo menor de la de su rival y desde luego más baja que hace dos años. Un ejemplo claro de lo que Deschamps ha pretendido de su equipo: adaptarse al tipo de fútbol actual para intentar triunfar.