Piezas ante la dependencia de Rubén
Nadie duda que Miguel Torrecilla y Gustavo Poyet conocen a la perfección cada pieza de la actual plantilla verdiblanca. En ella, Rubén Castro evidencia en cada entrenamiento que su olfato goleador no va ligado a su edad. En la concentración de Alemania, retó durante la sesión de entrenamientos a sus compañeros para medir la pegada de cara a portería. Hace dos temporadas retó al club a una renovación que luego reflejó sus números sobre el terreno de juego con un ascenso lleno de récords. El pasado año, retó a los críticos de su edad y también venció la batalla siendo el único síntoma de eficacia del ataque del equipo en su afán por lograr la permanencia. La mala planificación lo dejó prácticamente solo. La actual dirección deportiva quiere evitar desde el inicio esa soledad de Rubén en la misión de otorgar efectividad con otras piezas que, aún, tienen interrogantes. La lógica del club es la de confiar en la buena planificación, aunque se antoja de nuevo probable, al menos por sus números, que la pieza más fiable del ataque sea de nuevo el canario, que termina contrato al cierre de esta próxima temporada. Sin una renovación sobre la mesa ni una negociación inmediata a la vista, la eficacia del Betis de Poyet iniciará su periplo con el canario como baza casi irreemplazable. Lo sabe Poyet. Y lo sabe Sanabria. Y el reto de ambos es que la dependencia, al menos, no se repita, al tiempo que el club cruce los dedos ante una hipotética oferta por él.