La batalla de Lyon
El Sevilla pasa a octavos incluso perdiendo por un gol
AI Sevilla le vale incluso perder por un gol la batalla de Lyon para ganar la guerra y estar en los octavos de final de la Champions por tercera vez en su historia (su mejor participación en la vieja Copa de Europa son los cuartos de la temporada 57-58 en los que fue arrollado por el Madrid). En el flamante Parc OL que ha jubilado este mismo año al viejo Gerland donde el Olympique de Abidal, Juninho, Malouda, Wiltord y hasta Benzema vivió sus mejores noches (aquel fue un equipo de tronío durante una década), los de Sampaoli, que hoy vivirá el partido incomunicado en un palco, pasan la prueba de madurez de la temporada. El Lyon de Bruno Genesio no tiene el fulgor de aquel equipo de la primera década del milenio pero sí cierto rango en Eu- ropa. 60.000 espectadores se ponen en manos de Alexandre Lacazette y Valbuena, que no estuvieron en el Sánchez Pizjuán, para intentar darle la vuelta al 1-0 que el Sevilla firmó en la primera vuelta. En esa noche mereció mayor premio y hasta Vietto falló un penalti clave para el goalaverage del que nadie quiere acordarse... El hombre de la semana en las comidillas sevillistas de la ciudad es Samir Nasri. En las últimas semanas, los fisios del club se han esmerado en un plan específico con el futbolista de Marsella, básico para el engranaje de Sampaoli que lo ha esperado paciente para hoy. Nasri, motivadísimo, es más importante si cabe por la baja del Mudo Vázquez, que será cubierta por Iborra. El Lyon se recupera todavía del penoso incidente del fin de semana cuando un petardo le explotó a su portero, Anthony Lopes, en el campo del Metz. De eso se habló domingo y lunes, pero ayer los periódicos locales y hasta el afamado L’Equipe empujaban a un equipo que se prepara “para la hazaña”. Genesio, que mantiene la duda de Lopes hasta hoy, lo pondrá todo en el campo. Además de Lacazette y Valbuena, Ghezzal, Gonalons, Tolisso…
Es un buen día para que Sampaoli no se mueva un milímetro de su discurso y el Sevilla muestre personalidad y grandeza. De perder por dos o más goles, caería a su Europa League. Pero este año, como proclamó Kanouté hace unos días, está preparado para más.