Un Madrid de diez reina en Belgrado

Los blancos rompieron al Fenerbahçe en un tercer cuarto memorable ● Causeur estuvo soberbio y Thompkins y Tavares, decisivos ● Doncic es el MVP más joven de la Final Four

Hubo un tiempo en que el Madrid dejó de contar. Ni sumaba Copas de Europa ni tenía ascendencia. Conservaba la dignidad pretérita, pero había perdido mucho de casi todo lo demás. Un tiempo en que finales como esta en escenarios como el Belgrado Arena solo estaban a su alcance por televisión. Tan cruel como certero. Pesadillas apiladas en el baúl de la memoria que ahora dan más valor a la gesta de este equipo, a la era Laso, a los anales del club y de su baloncesto, al Real Madrid: campeón de Europa por décima vez en su historia, rey de reyes.

Vencedor del pulso de leyenda ante el maestro Obradovic, que aspiraba también a la décima ante su gente, en el colosal Stark Arena, convertido en un avispero de seguidores turcos del que el Real también salió vivo. Con picaduras, pero triunfador en un curso en el que ha sido Indiana Jones convaleciente en busca del arca perdida, y ha vuelto con el arca a lomos y restablecido tras perderse la plantilla 250 partidos por lesión. Ese Indy apurado es Luka Doncic, MVP de la Final Four, premio que Causeur le peleó. Corazón, talento y cabeza para derribar el muro Obradovic.

Lo consiguieron en bloque, todos a una, junto a Llull, Rudy y Tavares, con Thompkins y Campazzo muy cerca, con Carroll y Ayón. Más Taylor, Randolph... Unos jugadores que perdurarán en el imaginario colectivo de una grada que los adora. Laso, Sánchez y Herreros agarraron el timón y cambiaron el rumbo, Saporta estaría orgulloso de ellos. Segunda Euroliga en cuatro campañas, la primera conquistada fuera de España desde 1980.

El Madrid tiene músculo, pero por encima de todo es fino estilista, y necesitó aclimatación a la caldera turca de Belgrado. El Fenerbahçe es más fajador. Llevó el inicio a su terreno, aisló a Doncic de sus compañeros y explotó la movilidad de Duverioglu. Ayón sufría ahí. Los locales dieron el primer estirón (611), guardaban en el banquillo a Vesely con dos faltas en dos minutos. Rugía la marabunta; el Madrid ya estaba a tono. Causeur, de tres y de golpe a pista, Llull, Rudy, Taylor y Randolph. Fluyó el balón, buenos tiros, buena puntería: cuatro triples. Y fantástico Rudy: 25-17. Tiempo muerte de urgencia del Fener, que frenó el ritmo, y aparición estelar de Melli. El italiano que hace volar, finta aquí, finta allá. Atrás, salsa espera a fuego lento: 38-40.

Primera parte al zurrón de la historia tras cruzar guantes y mostrar que los dos valen un potosí. Nadie intuía ahí la que se avecinaba. Había que ganarse la Décima, y lo hizo el Madrid con un tercer cuarto memorable. La actuación de Causeur fue para la antología de la Copa de Europa. El francés le dio a los suyos fuerza y seguridad. Cinco puntos para empezar y otros siete después. Lanzaba, penetraba, sacaba faltas… Y en defensa era una delicia. Tavares empequeñeció a Vesely. Solo a su alcance. Decisivo.

Alegría. La ventaja blanca se estiró como un chicle, trabajazo de Doncic, de Thompkins. Llull se iba al banco eliminado, Carroll fusilaba de tres y veíamos un +11 (74-63, a 4:20). El Madrid lo tenía (casi) hecho, su rival perdido. Pero había que

Superación Vuelve con la Euroliga tras perderse la plantilla 250 partidos por lesión

jugarlo, y esa mano de cartas la manejaron como nunca Obradovic, Melli y Wanamaker. También Dixon. Labor de hormiguita para recortar sumando en todos los ataques, talento excelso. Parecía que no les daría: 81-73 ya en el último minuto. Pero Carroll marró su segundo tiro libre desde octubre y Causeur los dos siguientes, el balón volaba en el rechace, restaban 18 segundos y atraparlo y embocarlo fue todo uno. Labor de Thompkins. Melli (28 puntos) no se rindió, le sometió Causeur poniendo ahora el broche desde la personal. “¡Cómo no te voy a querer, si me hiciste campeón de Europa por décima vez!”. La afición alzaba la voz sobre una exquisita hinchada turca. Como antes el Madrid ante Obradovic. El pulso de leyenda trajo la Décima. REPORTAJE GRÁFICO: RODOLFO MOLINA Y AGENCIAS

Hito No se proclamaba campeón de Europa en el extranjero desde 1980