EL CINTURÓN TAMBIÉN ES OBLIGATORIO PARA LOS PASAJEROS DE AUTOBÚS

Hace unas semanas, y con motivo de mis vacaciones, realicé un largo viaje en autobús de línea. Lo hice con una de las empresas más conocidas del país y, pese a que el conductor advirtió a los pasajeros de que era obligatorio ponerse el cinturón -la Ley indica que lo es a partir de los tres años de edad-, pasado un rato y cuando fui al baño me di cuenta de que apenas unos pocos pasajeros lo llevaban puesto.

Curioseando en Internet acerca de este tema, me enteré de que, desde 2007, una normativa europea -reflejada en la española en el Real Decreto 445/2006- obliga a que los autobuses de línea incluyan cinturones de seguridad en todas las plazas -no es necesario para los matriculados con anterioridad; ni tampoco para los autobuses urbanos y/o de cercanías-. Además, y según la normativa española, no llevar el cinturón puesto, incluso en autobús, puede suponer una sanción de 200 euros. Pero, para mí, lo peor es que la gente no es consciente de lo que puede suponer para su seguridad el llevar el cinturón puesto si viaja en autobús.

En la red encontré un 'Informe sobre el uso del cinturón de seguridad en los autobuses', publicado por la Fundación Mapfre este mismo año, en el que confirmaban mis temores -según este estudio, apenas un 27% de los pasajeros se lo pone en viajes largos; y sólo un ¡0,71% en los trayectos urbanos-, pero también las bondades de ponerse el cinturón. Y es que, en caso de colisión, ya sea frontal o por alcance, éste evita que los pasajeros salgan despedidos de los asientos. Además, y en caso de vuelco, también impide que los pasajeros puedan salir proyectados fuera del vehículo.