No es muy discreto...
Como en las anteriores generaciones, en el interior destacan las llamativas inserciones en color rojo en los asientos, el volante... Asimismo, se mantiene el pomo del cambio en aluminio... que se calienta mucho en verano. Por lo demás, la calidad percibida es buena -no es mejor que un VW Golf- y la instrumentación no es clara: los indicadores de temperatura del motor y nivel de combustible no se leen bien.
La postura de conducción es la que se espera de un deportivo, con las piernas muy estiradas y los pedales bien situados; además, ofrece mucha sujeción para todo el cuerpo. Sin embargo, el mando que regula la altura del asiento da sensación de fragilidad y no es posible optar por reglajes eléctricos.
SÓLO CON REGULACIÓN MANUAL