UN COCHE CON DOS CARAS

La mayor virtud del DB11 es que cumple satisfactoriamente en dos facetas opuestas: es notablemente confortable, refinado y hasta silencioso en conducción tranquila, y resulta gratificante y emocionante cuando quieres ir rápido. GRAN MOTOR La incorporación del bloque 4.0 V8 biturbo de origen AMG transforma al DB11 en un coche más rápido que el DB9. La transmisión ZF de 8 velocidades se muestra suave y delicada en modo automático, a la vez que es bastante rápida si la manejas de forma manual mediante las levas. TOQUE ASTON La marca británica ha querido inducir algo de su ADN a la brutalidad mecánica del motor AMG, retocando su electrónica para obtener una respuesta más dócil que la de, por ejemplo, un Mercedes-AMG C 63 S, que emplea el mismo bloque con idéntica potencia. También ha modificado el escape, el cual emite unos sugerentes petardeos al soltar el acelerador. EXIGENTE En conducción deportiva, el DB11 no es tan sencillo de manejar como un Audi R8. El eje trasero con diferencial autoblocante ofrece una buena motricidad, pero has de tener cuidado con el acelerador en las curvas, ya que si te excedes con él es fácil que el vehículo tienda a derrapar. Eso sí, la rápida y comunicativa dirección facilita la maniobra de contravolante, y el modo más firme de la suspensión Bilstein -hay tres niveles- contiene bien el balanceo de la carrocería. Los frenos son la parte menos brillante, pero funcionan bien.