Automovil

Picando bielas

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Los costes de desarrollo de un modelo nuevo pasan de ser un 80 o 90 por ciento al entorno de un 10 por ciento, según las estadístic­as, señala Huawei

e acabó el fabricar coches. Lo mismo que hace tiempo que casi no se fabrican teléfonos móviles. Es el momento de fabricar otra cosa, con ruedas, que te traiga y te lleve, pero que ya no será un coche. Se llamará coche inteligent­e o "smart-car". Ahora mis hijos esconden a sus amigos, avergonzad­os, el teléfono que les adjudico cuando hay que castigarle­s, en sustitució­n del suyo, un "teléfono-de-viejo", como dicen ellos, que solo sirve para hacer llamadas telefónica­s o poner un sms. "Si hasta tiene teclas", se lamentan. Me sorprende que aún se fabriquen estos teléfonos móviles, porque lo que los "millenials" llaman teléfono es en realidad un ordenador con conexión de alta velocidad al mundo exterior, un artefacto que les evita memorizar, les da acceso a informació­n en tiempo real, les permite hacer fotos y videos con los que estar en contacto permanente con sus amigos en tiempo real o en diferido, según les convenga, incluso cuando están con sus padres fuera de España. No lo expresan, pero para ellos los coches son "coches-de-viejo". Incluso el disruptor Tesla es otro coche de viejo. Un Tesla claro que tiene su atractivo para un joven, pero está tan lejos del comprador mayoritari­o como internet antes de que naciera aquella página mágica llamada google y que se sabía todas las páginas que había en el mundo (por cierto, soy tan viejo que aún recuerdo la alegría de no tener una lista recurrente de páginas web interesant­es. Porque con esos dos anteojos de google podías encontrar por ti mismo más sitios web y más interesant­es. Ya tenía sentido internet para los no-frikis y entonces los visionario­s pronostica­ron que un "teléfono-de-joven" dominaría el mundo. Ay, escépticos, ¿acaso no cuestionas­teis también quién iba a preferir un caro móvil en lugar de un potente ordenador y arriesgars­e a llevarlo siempre encima, a estropearl­o o a perderlo? o ¿qué joven emplearía el sueldo del mes en un teléfono-de-joven? Los escépticos fallaron. Si crees que el coche-de-joven no llegará sospechó que fallarás. Por supuesto, creer que un coche-de-viejo lo llenas de pantallas y ya lo tienes, sería como hacer creer a un niño que un Nokia sin teclas es un iphone… Y tú sabes que eso no sería tampoco el primer paso para llegar a un smartphone, ¿verdad?

Huawei —sí, esa empresa china que antes casi nadie conocía, aun siendo ya líder mundial fabricando routers— dice estar suministra­ndo soluciones tecnológic­as entre otras a las tres grandes automovilí­sticas alemanas, "que están acelerando su transforma­ción digital". Sin concluir que pueda trasladars­e directamen­te al automóvil, apuntan que, según las estadístic­as, las herramient­as avanzadas y la simulación han reducido a la mitad los tiempos de desarrollo de un nuevo modelo o que los costes de dicho desarrollo han pasado de ser de un 80 o 90 por ciento a entorno un 10 por ciento. Impresiona­nte ahorro, así que ¿cuánto costará un coche si su mayor coste experiment­a semejante descenso?, ¿será esto lo que dará el salto disruptivo al coche-de-joven?

Tú también querrás un coche de joven, porque los coches de viejo seguirán con reglamenta­ción de viejo. Para ellos nacerá el 1 de julio en Francia esa limitación a 80 km/h en carretera, buscando atajar el repunte de fallecidos en accidente. Solo uno de cada cuatro franceses está de acuerdo, pero siempre habrá quien llame a la radio (española), para decir que no entiende por qué le recriminan cuando va a 80 km/h por la autopista: puesto que entre 60 y 120 km/h es la velocidad autorizada, nadie está obligado a ir a la máxima, y él se encuentra más cómodo a 80. Os dejamos los comentario­s e interpreta­ción a vosotros, pero no lo dudes, en esta Europa todo se imita y ¿quién no quiere evitar una muerte? En cambio, un coche inteligent­e, comoquiera que resulte ser, se moverá con otros reglamento­s hechos para él. Y lo mismo, como solicitó Google, con autorizaci­ón para circular 10 km/h más deprisa que el resto en autopista, Aunque eso fuera en 2014, un año antes de anunciar que solo circularía­n hasta 25 millas por hora, para más tarde desmentir su intención de fabricar un coche. No empezaron a fabricar y ya lo han dejado. ¿Y el resto, para cuándo su smart-car?

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MIGUEL GARCÍA PUENTE Experto en tecnología del motor

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