Automovil

Pit Lane

-

“El piloto más joven en ganar un Gran Premio de Fórmula 1 y, sin embargo, 63 grandes premios después de su debut demuestra que aún no está preparado para ser campeón del mundo”.

M e gusta hacer el scrutineer­ing a los equipos. Sí, nosotros lo hacemos al final de cada carrera. Después de hablar con los pilotos en ‘el corralito’, así llamamos a la zona mixta que se monta en el paddock para obtener las declaracio­nes de los pilotos. Mi unida de Movistar F1 la formamos Iker, es mi cámara casi todos los grandes premios, David, asistente de sonido, y yo. No hay respiro. Nada de bajar la cámara y charlar, porque aún un buen rato después de terminar la carrera siguen pasando cosas.

China fue un ‘carrerón’. Es cierto que aún hacen falta factores externos a la propia carrera que incidan como la lluvia, errores humanos en un pit stop o un satefy car como en esta ocasión para que así sea. Pero así fue y la vivimos (en el corralito, de pie y en una tele como vosotros en casa, por cierto) con mucha emoción hasta la victoria de Daniel Ricciardo. Ante la falta de un monoplaza a la altura de Ferrari y, sobre todo, Mercedes, el australian­o se ha hecho experto en ganar contra pronóstico, con el handicap adicional de no haber salido nunca entre los tres primeros de la parrilla en ninguno de sus 6 triunfos. Y lo que pasa en carrera suele ser directamen­te proporcion­al a la cantidad de escenas que vemos después durante nuestro scrutineer­ing.

La primera, en realidad, se produjo sin salir del corralito. “Mira, mira, mira… Max está hablando con Vettel”. El holandés tenía esa cara de apesadumbr­ado, del niño que sabe que ha hecho algo malo y le toca pedir perdón. Era lo que estaba haciendo. Orejas gachas… y palmada en la espalda final del alemán.

Algo lógico para el resto, no lo es tanto para él. En Bahrain se molestó porque le pregunté por un ataque agresivo y que había acabado con el incidente con Hamilton, el insulto de este en la ante-sala del palco, porque considerab­a que simplement­e busca los huecos y los aprovecha. Pero la física simple hace ver que algunos huecos no eran del tamaño suficiente al monoplaza 33 y aun así los forzó. Y volvió a hacerlo.

Su arrepentim­iento temprano le libró de una peor reacción de Sebastian Vettel, pero en el equipo sabían que tenían que reaccionar y coordinar la estrategia entorno al piloto holandés tan bien como lo habían hecho tras el safety car y el doble cambios de ruedas.

El atrevimien­to y la bravura, las salidas ganando tantas posiciones, han dado paso a un cierto descontrol en sus acciones en la pista. A la impacienci­a. A la crítica y temor por parte de sus rivales que se ven condiciona­dos no ya por su empuje sino por el miedo a un choque. La precipitac­ión está minimizand­o el innegable talento de Max Verstappen.

Sabía que teníamos que pulular por la zona de Red Bull a la espera del Dtor Marko. Llega un momento en el que sabes tomarle el pulso al circuito. Llegó corriendo, literalmen­te, aceleró para enganchar a Max en el pasillo del hospitalit­y. en tono serio, en una charla prolongada. Era plenamente consciente de que nuestra cámara (sólo Movistar F1) estaba ahí y lo aprovechó. Podían haberse metido en la habitación del piloto o cualquiera de las salas, pero era la amanera de hacer público el tirón de orejas del equipo a Max por lo sucedido.

Max Verstappen tuvo en sus manos incluso la victoria, con el ritmo que demostraro­n con el neumático blando los red Bull, y teniendo en cuenta el medio del resto de sus rivales. Pero no tuvo paciencia y el incidente con Hamilton y luego con Vettel, más la sanción de 10 segundos le hicieron sumar 10 puntos con la quinta posición en vez de 25. Whiting le quitó 5 puntos de su licencia y le quedan 7 para el resto de la temporada.

El piloto más joven en ganar un Gran Premio de Fórmula 1 y en competir en la máxima categoría del motorsport, el que antes ha conseguido liderar una vuelta durante un Gran Premio, el segundo en subir a un podio, el más joven también en lograr una vuelta rápida y, sin embargo, 63 grandes premios después de su debut demuestra que aún no está preparado para ser campeón del mundo. Ahí la diferencia entre quien mira al horizonte y ve el campeonato completo y su gestión para el título y quien mira a la siguiente curva y es demasiado optimista en el hueco que deja el rival en la trazada y se lo lleva por delante. Eso sí, no hay duda de que es listo, cambiará, y nosotros os lo enseñaremo­s.

 ??  ?? NOEMÍ DE MIGUEL Periodista de F1
NOEMÍ DE MIGUEL Periodista de F1

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain