Homenaje a Fernando I de Habsburgo
Con la llegada de Carlos V a España, para hacerse con el control de la monarquía tras la muerte de Fernando el Católico, su hermano pequeño, Fernando de Habsburgo, tuvo que partir hacia Bruselas. En este viaje, debido a una tormenta, se vio obligado a parar en Irlanda. 500 años después se rinde homenaje a su paso por la población de Kinsale, en este país.
Se han organizado una serie de actividades y conferencias culturales, que giran en torno al Emperador Carlos V y al Archiduque Fernando; además de recordar el modo de vida de los irlandeses cuando Fernando llegó a la isla y analizar las embarcaciones de comienzos del siglo XVI.
EL PEQUEÑO DE LA DINASTÍA
Nacido el 10 de marzo de 1503 en Alcalá de Henares, su infancia estuvo marcada por las ausencias de sus hermanos, la locura de su madre y los fallecimientos de su abuela Isabel, en 1504, y de su padre, en 1506. El día que murió Felipe el Hermoso, dos consejeros de su hermano Carlos intentaron secuestrarle sin éxito.
Así, quedó a cargo de Fernando el Católico, quien se implicó en la educación del niño y le transmitió sus conocimientos para gobernar. El Rey quiso que Fernando de Habsburgo heredara el gobierno de los reinos hispánicos hasta la llegada de Carlos I. Pero, para evitar un enfrentamiento, el Rey pactó con Adriano de Utrecht la salida de su nieto de España una vez él hubiera fallecido.
Pese a todo, la relación entre los hermanos fue cordial. Y, aunque por consejo de su abuelo paterno Maximiliamo I Fernando se trasladara a Bélgica, Carlos cedió a Fernando gran parte de los territorios patrimoniales. A través de su matrimonio con Ana Jagellón, Fernando I de Habsburgo fue elegido Rey de Bohemia, y años después de Hungría, tras la muerte de su cuñado, Luis II de Hungría, en la batalla de Mohács.