Poner en un bol el yogur griego,
añadir una cucharadita de sal y remover hasta que se mezcle bien. Poner sobre un colador grande un trozo de gasa o un paño de algodón muy fino, y verter sobre la gasa la mezcla de yogur. Envolver con la gasa y apretar la mezcla girando la gasa para formar un hatillo. Dejar en la nevera de 3 a 4 días para que el yogur pierda parte de su suero y nos quede una pasta muy parecida al queso fresco. Picar bien el tomillo, la albahaca y el orégano y aplastar unos granos de pimienta negra. Formar unas bolas con la pasta de queso de unos 5 cm de diámetro. Rebozarlas con la mezcla de hierbas aromáticas y pimientas. Poner las bolas de queso en un tarro de cristal, previamente esterilizado, y terminar de rellenar con aceite de oliva virgen extra.
QUÉ IDEA!