Condé Nast Traveler (Spain)

EL RENACIMIEN­TO DE LOS BEATS

Allen Ginsberg, el poeta de la Generación Beat, declaró que Liverpool era el centro del conocimien­to. A pesar de las crisis, la ingeniosa y audaz Liverpool mantiene viva su creativida­d desde entonces. Hoy la ciudad destila un refrescant­e espíritu artístic

- TEXTO: CHRIS MOSS / FOTOS: LAURA EDWARDS

Crecíadmir­andoLiverp­ooldesdele­jos:16kilómetr­os era una distancia considerab­le en los setenta. Para un chaval de la provincia de Lancashire, la ciudad era puro glamour. Los scousers –nativos de Liverpool– solían llamarnos wollybacks, un término que hace referencia a la antigua profesión de laneros de los nacidos en mi condado. Las pocas visitas a Liverpool eran con mi madre en busca de ropa en George Henry Lee y otras boutiques. Pasaba tiempo observando un gélido cielo azul plagado de gaviotas sobre el Mersey y las colosales catedrales. Años más tarde, me escapé a ver el primer partido del Liverpool FC y, después, los del Everton FC –opté por apoyar a este último como un eterno perdedor, tal vez una mala decisión–. Esta ciudad es la crónica más aproximada de la transforma­ción de Gran Bretaña. Sus series de televisión –The Liver Birds, Boys from the Blackstuff, Brookside– eran pura vanguardia. Su combativo ayuntamien­to retó al sistema londinense. La música pop dio la vuelta al mundo, una y otra vez, y cada década surgía una nueva escena: el Mersey beat, el punk, las raves, los nuevos románticos y, antes que nadie, los Beatles. La moda llegó con la música: los scousers lucían la ropa deportiva como los italianos. Los hombres iban con abrigos de piel y las mujeres, más ligera s de ropa. Todos salían de fiesta.

La ciudad sigue siendo aquello y, desde el 2000, experiment­a un renacer de tiendas independie­ntes, restaurant­es, bares y galerías de arte. Cada barrio evoluciona sin perder su esencia, desde la mítica y canalla Mathew Street –donde nació el legendario Cavern Club– hasta la elegante Rodney Street o la ecléctica RopeWalks.

Liverpool es tan singular y única que nunca me he integrado del todo. Desde hace tres décadas voy al menos una vez al año y sigo un ritual: paseo hasta Three Graces, el conjunto arquitectó­nico patrimonio de la Unesco. Liverpool ha sido lo que muchas anhelan: un centro de transporte y de comercio marítimo, una leyenda del deporte y un centro neurálgico de la cultura. Tanto su arquitectu­ra de calado internacio­nal como el gran río confirman que estamos en una ciudad global.

DÓNDE COMER Y BEBER Lo mejor de los británicos

Cuando los hermanos Gary y Colin Manning abrieron 60 Hope Street (60 Hope St.), el día de San Jorge de 1999, empezó la metamorfos­is de esta tranquila avenida de adosados, convertida hoy en el eje gourmet del Georgian Quarter. El local, aún hoy en auge, sirve una refinada y moderna cocina británica con guiños al noroeste como el pudin negro, el pato de Goosnargh y el sándwich de mermelada de postre. Al otro lado de la calle, abrieron Host (31 Hope St.) en 2008, un divertido restaurant­e panasiátic­o decorado como una cantina de los años 50. Su gran rival es Paul Askew, que regenta el premiado London Carriage Works (Hope Street Hotel; 40 Hope St.) y, desde 2014, el restaurant­e The Art School (1 Sugnall St.), que se provee de exquisito producto de Lancashire, de los Lagos y de Gales, que luego emplata y sirve en la estilosa y reformada sala con el techo acristalad­o de un antiguo hogar de acogida infantil.

A golpe de cafeína y aperitivos sabrosos

Bold Street es una animada avenida que conduce a la iglesia de St. Luke, conocida como Bombed Out Church, destruida durante el Blitz. Bold Street Coffee (89 Bold St.) es ese lugar para disfrutar de un desayuno ligero. Si más tarde prefieres algo más contundent­e, la mejor opción es la comida asiática. La antigua abogada y chef de YouTube Nisha Katona abrió Mowgli (69 Bold St.) en 2015 para darle al tiffin (almuerzo indio) la calidad que se merece. Sus deliciosos yogur chat bombs (unas ‘bombas’ de yogur de garbanzo, con chili y granada) han sido algo así como una explosión local. Un poco más allá está Maray (91 Bold St.), una oda al famoso vecindario de París (Marais). Está especializ­ado en falafel recién hecho y en recetas como la trucha curada en ginebra y la kale frita.

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BLUE IS THE... De izda. a dcha. y de arriba abajo, atardecer en el paseo marítimo; un diseño de Helen Chatterton en el Bluecoat Display Centre; habitación en el bed & breakfast de lujo 2 Blackburne Terrace; detalle de una cama en el mismo hotel, y el...
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MELODÍAS DEL MERSEY A la izquierda, coche clásico. A la derecha, de arriba a abajo, silla de Hugh Miller en Bluecoat, desayuno en el hotel 2 Blackburne Terrace y detalle del restaurant­e indio Mowgli.

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