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De entre todos estos encuentros solo firmó un gol, precisamente ante el equipo que nos visita mañana, el Valencia. Y sirvió para arañar un puntito en Mestalla. “Fue una sensación extraña porque no estaba acostumbrado a marcar. Con el filial había hecho algunos goles porque tiraba faltas, pero en Primera era más complicado, al ser lateral y no subir mucho al ataque”. Pero en ese partido se dio una circunstancia especial. “Jugamos con defensa de tres y actué de carrilero, por lo que llegaba más al ataque. La jugada venía de la otra banda y Roger me pasó el balón. Me dije que si no lo probaba entonces, no lo probaría nunca. Cañizares no pudo hacer mucho. No sabía cómo celebrarlo”. Respecto al Valencia actual, David lo ve muy fuerte. “Se nota la mano de Marcelino. Sus equipos tienen una identidad. Todos trabajan. Es muy exigente y hace que sus jugadores estén a tope. Es un equipo compacto y además tiene mucha calidad”. Sus mejores recuerdos Pocos jugadores en la historia pueden presumir de haber ganado dos títulos como blanquiazul. En la Copa de 2000 disputó solo tres partidos, pero en la de 2006 fue titular indiscutible, actuando en la final. Un año después también estuvo en el once inicial en la finalísima de Glasgow frente al Sevilla. “Mis mejores recuerdos fueron el debut con Brinsidi, porque no me lo esperaba, y la segunda Copa”.

Militó 17 años en el club de sus amores y, quizá por ello, disfrutó como pocos cuando le tocó llevar el brazalete de capitán en el primer equipo. “Desde que entré en el Espanyol soñé con ser capitán. Es un orgullo y una responsabilidad grande porque no solo lo