Hogares de transición a todo lujo
The Onsider supone un nuevo concepto residencial para estancias prolongadas en Barcelona
Cuando Jean Paul Rivas, un empresario e inversor venezolano, llegó a Barcelona hace unos años para pasar una temporada, no encontró ningún alojamiento de lujo con todos los servicios de un hotel del nivel que deseaba. Y hasta 2014, junto a su asesora de inversiones en la ciudad, Sabina Schladitz, no dio con la fórmula para crear un negocio que cubriera ese hueco de mercado: destinar un edificio ubicado en Aribau 306, que adquirió en 2010, a The Onsider Barcelona, un innovador concepto residencial de media y larga estancia inspirado en los Extended-Stay Luxury Residences surgidos en los ochenta en EE.UU.
“Cuando alguien viene de fuera a instalarse aquí, por mucho dinero que tenga le falta la red de conexiones. Por eso, le ayudamos a integrarse (orientándole en la búsqueda de una vivienda más definitiva colaborando con inmobiliarias de alto standing, colegio para los niños, servicio de limpieza...) y seguir viviendo de la manera a la que están acostumbrados, dejando que otra persona se encargue de los quehaceres cotidianos”, expone Sabina Schladitz. MODELO DE NEGOCIO El edificio de 1929, reformado totalmente por Marc Obradó aunque respetando los elementos originales que han podido conservarse, tiene una alta eficiencia energética. Cuenta con diez apartamentos de 140 m2 y dos lofts de 160 m2 más 25 m2 de terraza privada, cuyos interiores –con elementos muy barceloneses– han sido diseñados por Jaime Beriestain, con la idea de hacer sentir al cliente que está “en casa de su mejor amigo”.
Sin embargo, los rasgos distintivos de The Onsider son su zona comunitaria en la azotea (con piscina, gimnasio y hasta una sala de cine), pensada para crear lazos entre los residentes, y su servicio de conserjería y lifestyle, que lleva la empresa Alberta La Grup y satisface distintas necesidades: compras, servicio doméstico, ocio, etc.
Aunque The Onsider está diseñado sobre todo para expatriados en proceso de instalarse en Barcelona, como señala Schladitz, “también nos dirigimos a personas que hacen obras en su vivienda o vienen a menudo por trabajo o visitas médicas. Lo mínimo que aceptamos es una estancia de un mes, pero preferimos a partir de tres, para no romper el concepto de comunidad”.
Rivas estima que la rentabilidad del negocio “está entre el 11 y 12% sobre la inversión. Es un modelo que en España aun no existe (aunque en ciudades como Londres o Nueva York está creciendo rápido) y estamos abriendo mercado. Seguramente con estas cifras llegará la competencia, lo cual es bueno para el sector y para la ciudad”.
Y si bien ya hay empresas que alquilan apartamentos para estancias prolongadas, suelen ser más pequeños, no ofrecen servicios extra y a menudo incluso ni tienen recepción en el mismo edificio.
Los servicios añadidos personalizados son un gran distintivo