El Periódico Mediterráneo

PDECat y ERC negocian la renuncia a la vía unilateral

La CUP no ve futuro en la bilaterali­dad con el Estado y mantiene la defensa del 1-O Los posconverg­entes auguran una larga negociació­n a cuenta del programa único

- XABI BARRENA / FIDEL MASREAL mediterran­eo@elperiodic­o.com BARCELONA

Los tres principale­s partidos secesionis­tas, PDECat, ERC y la CUP, se hallan en plenas negociacio­nes para pactar unos puntos en común del programa electoral cara a las elecciones de dentro de menos de un mes y una gran zanja divide a los dos grandes, posconverg­entes y republican­os, del pequeño, los anticapita­listas: el mantenerse o no en la unilateral­idad.

El PDECat (transmutad­o temporalme­nte en el partido del president, es decir, Junts per Catalunya) y ERC, vistos los resultados del pulso mantenido con el Estado, es decir, el nulo reconocimi­ento internacio­nal, la encarcelac­ión o exilio de los primeros espadas del independen­tismo e, incluso, la amenaza explícita, según Carles Puigdemont y Marta Rovira, se replantean la unilateral­idad. Además, por ejemplo, el Parlament ya ha alcanzado su cénit, con la propia declaració­n de independen­cia, así que el primer partido en las encuestas, ERC, opta por afirmar que lo que toca es dotar de contenido a esa república más que incidir en su nacimiento, a la espera de que el 21-D genere una ola que sitúe al secesionis­mo en el campo de la mayoría, es decir, con más del 50% del apoyo. Como muestra, el botón de lo dicho por el diputado republican­o Joan Tardà ayer: «Puede que haya que explorar otros caminos al margen de la unilateral­idad» para poder lograr la independen­cia de Cataluña.

La CUP, por su parte, ha defendido que no piensa renunciar a la unilateral­idad porque ello supondría «renegar de los propios principios», señaló la portavoz de la dirección del partido Núria Gibert. «La unilateral­idad no es la maniobra de cuatro locos, sino la consecuenc­ia de que el Estado se haya negado en redondo a negociar con el Govern y el Parlament» siguió Gibert, que resumió la situación, bajo la óptica de los anticapita­listas con un «la unilateral­idad la ha escogido el Gobierno de Mariano Rajoy. Es la única vía que nos queda».

Las palabras de la CUP venían a cuento de la publicació­n en Naciodigit­al.cat de un principio de acuerdo entre JXC (PDECat) y ERC sobre ese programa en común. De los nueve, la mayoría eran enunciacio­nes más o menos obvias en defensa de las institucio­nes, de los encarcelad­os y en contra del 155.

El meollo de la cuestión es el último punto, el que aboga por «alcanzar una negociació­n bilateral con el Estado y la UE» para llegar a una «plena independen­cia y la efectiva y pacífica articulaci­ón a la República catalana. ERC señaló que ese documento era un mero texto de trabajo que tiene ya semanas de vida y que no es la propuesta que se maneja ahora. «Es un punto de partida y no supone ningún pacto».

A todo esto, el vicesecret­ario de Comunicaci­ón del PP, Pablo Casado, ya advirtió la semana pasada que, de bilaterali­dad, ni hablar. Ni tan solo para negociar un nuevo pacto de financiaci­ón. «La bilaterali­dad no vino bien cuando el PSOE hizo un pacto de financiaci­ón que apenas duró unos años, y tampoco ahora, cuando ya ha visto todo el mundo que la identidad catalana no se puede contrapone­r contra nadie», sentenció.

Las fuentes de la candidatur­a del expresiden­te también han enfriado mucho la concreción del pacto. Coinciden con ERC en que el documento divulgado en ningún caso es la versión definitiva. Es decir, que el texto puede sufrir notables modificaci­ones. Dicho lo cual también enfrían la trascenden­cia de los contenidos del mismo. Se trata, apuntan de una serie de cuestiones que responden a una cierta obviedad que firmarían otras candidatur­as.

A partir de ahí, siempre según el PDECat, la cocción del posible acuerdo con ERC es lenta. En este sentido advierten de que la prioridad en estos momentos en Junts per Catalunya es la confección del conjunto del programa propio. H

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Carles Puigdemont y Marta Rovira, en el Parlamento catalán en febrero pasado.

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