Prêt-à-porter gourmet
La búsqueda de productos vip y cien por cien 'healthy' animó a Mónica Navarro y Ricky Mandle a crear Delicious & Sons. Un triunfo absoluto.
En el fondo, esta es una historia de amor. Porque, como ocurre muchas veces, fue el amor lo que puso patas arriba la existencia de la barcelonesa Mónica Navarro y el neoyorquino Ricky Mandle. Al mes de conocerse en la Ciudad Condal, ya vivían juntos y habían diseñado un proyecto en común. Pero ¿cómo ejecutarlo? Ambos tenían trabajos superexigentes en distintas multinacionales, y los continuos viajes dificultaban las cosas. «Mis amigas me decían: “¡Qué suerte moverse tanto!”. Sin embargo, me sentía infeliz. Porque, en realidad, lo único que veía era hoteles. Sencillamente, lo que quería era estar con Ricky. Deseaba una familia», explica ella. Las interminables jornadas laborales siguieron un tiempo, hasta que, un día, la pareja decidió dejar de quejarse y hacer algo al respecto: lo personal se mezcló con lo profesional y el espíritu emprendedor se encargó del resto. En 2006 abrieron la primera tienda Delishop (delishop.es), una innovadora marca de productos cuyo lema era algo así como «Un paseo por las cocinas del mundo».
Ninguno de los dos es chef de profesión: Mónica es socióloga y Ricky, filólogo, pero su pasión por la gastronomía viene de lejos. La de ella se fraguó a fuego lento en un matriarcado en el que las recetas catalanoandaluzas reunían a todas las mujeres alrededor del puchero. La de Ricky surgió en la niñez. «Me contó que una vez, de pequeño, intentando preparar un plato, provocó un pequeño incendio en casa de sus padres», ríe Navarro.
En cualquier caso, aquello no le arredró: años más tarde, al llegar a Barcelona, se apuntó a la escuela de cocina Hofmann.
Delishop fue el precursor del sello que ahora lanzan, Delicious & Sons, una marca de salsas y condimentos (patés, aliolis, olivadas, aceites, pestos, una crema balsámica y salsas de tomate). En total, 17 artículos que comercializan desde la web deliciousandsons.com y vía Amazon.
VIAJANDO POR ITALIA
Ricky es quien crea las recetas, y la materia prima, de calidad incuestionable, procede de pequeños productores –en su mayoría, italianos– que la pareja ha seleccionado personalmente tras conocer sus explotaciones. «El tomate seco es siciliano; el vinagre, de Módena... Viajamos mucho para encontrar lo que buscamos», cuenta Mónica. Y casi siempre lo hacen en familia. A sus hijos, Olivia y Max, les encanta correr descalzos por los campos de la Toscana; y el pequeño, que de mayor quiere ser granjero, ayuda a recolectar albahaca. «Aunque creo que se come la mayoría de las hojas allí mismo», comenta entre risas su madre. «Pero, al final, es que Delicious & Sons somos nosotros. Es nuestra familia, tal cual», remata.
Todos los ingredientes utilizados son naturales, biológicos, sin modificaciones genéticas, aptos para vegetarianos y veganos y sin gluten. Para la pareja, se trata de una decisión natural que responde a su
manera de entender la comida. «A los 3 años de edad, le diagnosticaron varias intolerancias a Olivia. Ella fue nuestra inspiración para localizar productos más saludables. Deberíamos aspirar a conseguir una alimentación de calidad», asegura Mónica. Una idea que encaja como un guante con su filosofía más allá de la cocina: «Nosotros somos muy pronaturaleza. Sueño con un mundo mejor y creo que, luchando, lo conseguiremos».
Además, Delicious & Sons se define por ser una marca mediterránea. «Lo llevamos en nuestro ADN. Bueno, menos Ricky, ¡que es de adopción!», bromea Navarro. «Mediterráneo significa una forma de vivir que, para mí, responde a estar al aire libre, a disfrutar de las pequeñas cosas». Y, claro, esto en gastronomía se traduce a menudo en una gran mesa en el jardín donde se reúne a familiares y amigos. Bandejas enormes, barbacoa, risas y veladas que nunca se acaban.