Portugal
DESTINO DE VIPS, REMANSO DE PAZ Y TERRITORIO ‘FOODIE’, SE ASOMA AL ATLÁNTICO Y PRESUME DE MATERIAS PRIMAS.
Además de un imán de celebrities, el Algarve es la región perfecta para adentrarse en la cocina portuguesa, honesta, deliciosa, en sintonía con su entorno y amable con el bolsillo. Lo notas en la encantadora Comporta, en cuyas playas descansan Ilha do Arroz, un chiringuito muy cool en el que la estrella es el pescado frito, y Dona Bia, simpático, acogedor y sin pretensiones; prueba sus pataniscas (como las tortillas de camarones pero con bacalao), el Arroz de conquilhas y la Massinha de camarão.
Otro de los hits del país es Sesimbra; allí se encuentra la Tasca do 13 (República 2), donde sirven sabrosos platos marineros (atención a las sardinas, tan características de la zona, y al pez espada) y un Arroz de tamboril para quitarse el sombrero. No dejes de preguntar a sus dueños por los hotspots de la villa, gobernada por sus tradicionales azulejos pintados a mano.
Más al sur, a 17 kilómetros del aeropuerto de Faro, en medio de un extenso campo de naranjos, se sitúa Vila Monte Farm House (vilamonte.com), un hotel de cuatro estrellas rodeado de jardines. Presume del restaurante À Terra, que cambia de carta en función de la época del año y que apuesta por los productos eco, algunos de ellos, originarios de la propia finca (es el caso de las almendras, los higos y las algarrobas). A sólo 10 minutos en coche está Fazenda Nova (fazendanova.eu), una antigua granja reconvertida en refugio para entregarse al relax absoluto y al buen comer.
Por supuesto, hablar de Portugal es hablar también de Lisboa, seductora en cualquier época del año, efervescente, inabarcable y con un hipnótico aire decadente, habitada por gente cálida, acogedora y que sabe mantener las distancias (es raro el tuteo en los espacios públicos y el volumen del murmullo en los establecimientos es sorprendentemente agradable). Comer en la capital (siempre, a la una de la tarde, dado el rigor de los lusos en cuestión de horarios) es un placer, así que no resulta fácil escoger dónde hacerlo. El local de moda se llama Le Moustache Smokery (Praça das Flores 44,), del chef Daniel Cardoso. Apuesta por su suculenta versión del costillar de cerdo. Ganarás seguro.