Francia
‘MAGRET’, ‘TARTIFLETTE’, ‘FOIE DE VEU ’, ‘MA‘ CARONS’... ¿QUIÉN DA MÁS? BUSCAMOS LOS ‘BISTROTS’ Y ‘PATISSERIES’ DE LUJO.
Niza, al contrario de lo que sucede en Portugal, ha hecho de la ostentación un modo de vida. Pero el lujo de la costa francesa no está en los Ferrari ni en los Porsche que circulan por la ciudad, sino en el placer de contemplar un atardecer en el paseo de los Ingleses, a la orilla del mar. También, en degustar el tartar y los gnocchi de Rosalina (16 Rue Lascaris), un local moderno y divertido que cambia de menú cada semana y cuyas presentaciones nunca decepcionan. Lejos del circuito de turismo masivo, merece la pena detenerse en la curiosa deco de Le Café des Chineurs (1 Rue Cassini) y saborear una French Burger preparada con el pan especial de la casa que elabora Pascal todas las mañana.
La vecina Saint-tropez es una joya, especialmente para los paladares golosos. Regálate un trozo de tarta tropeziènne, compuesta por un brioche relleno de crema pastelera y chantillí y aromatizada con agua de azahar. Regada con un vino semidulce, como el monbazillac, o con una variedad dulce natural (es el caso del famoso moscatel de Beaumes-de-venise), supone un auténtico placer para los sentidos. La devoción por los tesoros azucarados tiene igualmente sus mecas en la costa atlántica: La Martinière, en Saint-martin-de-ré (19 Quai de la Poithevinière), deslumbra con sus tartas de fresa y sus helados artesanales. Y no dejes de tomar asiento en el Café de la Place de la animada Île de Ré.
Si tienes que quedarte con un puñado de sitios donde comer en Francia, acierta con estos: Le Château des Alpilles, La Cabane d’hortense y Le Bistrot de Marie. El primero, en St-rémy-de-provence (chateaudesalpilles.com), destaca, además de por su sofisticado ambiente, por la Ensalada de gambas a la provenzal y la finísima tarta de manzana. El segundo, en Lègecap-ferret (lacabanedhortense.fr), es el lugar idóneo para degustar unas exquisitas ostras en un entorno cuidado y único, con unas vistas inigualables del mar. Y el Bistrot de Marie, también en St-rémy-de-provence (1 Rue Jaume Roux), es un restaurante romántico y relajante como pocos, con una cocina exquisita. Su cordero a fuego lento es una obra de arte. Bon Appétit!