ESTE TIPO TIENE GANCHO
LA VIDA (LABORAL) DEL DISEÑADOR ARTHUR ARBESSER PENDE DE UN AGARRE DESDE QUE FICHÓ POR LA CASA ITALIANA FAY. TIENE QUE DEVOLVER LA CHAQUETA ‘4-GANCI’ A NUESTROS DÍAS SIN PERDER SU ETIQUETA DE ICONO. ¿CÓMO? ASÍ…
Nos sentamos en la mesa más al fondo de Bosco de Lobos, en la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid, y es que hoy el tiempo no acompaña para salir a la terraza. “Hace un día muy milanés y también un poco austriaco”, me comenta Arthur Arbesser, que pronto demuestra que prefere ser anftrión a invitado y me ofrece un asiento, un poco de agua, una taza de café, algo de comer e incluso coloca las grabadoras (siempre llevo dos) cerca de él para que todo salga perfecto.
Ante nosotros, expuesta frente las cristaleras, la nueva colección de Fay para el próximo otoño invierno 2019, la primera que ha diseñado este joven austriaco para la marca y su primera incursión en la moda masculina. “Fue genial poder hacer ropa para mí después de tantos años vistiendo solo a mujeres. Pensé en cómo es mi rutina diaria, con muchos trenes, muchos aviones, la bicicleta, todo el día corriendo de un sitio para otro. Son prendas reales, muy contemporáneas. Fay no busca provocar como otras marcas, tan solo quiere vestir con ropa bonita a sus clientes… y yo no soy un revolucionario, soy una persona orgullosamente evolucionaria: busco lo bonito por encima de la provocación, porque la belleza es eterna”.
EMBAJADOR DEL ‘ITALIAN STYLE’
“Lo que más me gusta de Fay es que cuando viajo por Italia veo sus cazadoras por todos los sitios. Es algo muy emocional, ten en cuenta que la mayoría tiene un recuerdo con Fay. Si me tomo un aperitivo con un hombre de unos 40 años, seguro que me habla de su 4-ganci con la que iba a la Universidad. Conectar con los sentimientos de tus clientes hace que esto sea tan especial”.
¿ Da vértigo tener entre tus manos algo con tanta historia?: “Vivimos en tiempos en los que necesitamos el romanticismo de la moda. Tener entre tus manos una prenda icónica, percibir que las cosas están bien hechas, te hace sentir diferente. Nuestras cazadoras se hacen pensando en un principio: que cada día se vean mejor que el anterior”.
Nos levantamos un momento para ver las nuevas 4- ganci. Esta chaqueta fue creada en 1980 y se inspira en la ropa de los bomberos americanos, con sus característicos cierres metálicos (“4 ganchos”) y su corte recto. “Mi favorita es una de color caramelo con el algodón encerado y de corte oversize, me la pondría todos los días con una camisa blanca básica y unos vaqueros”.
Fay pertenece a Tod’s, uno de los mayores grupos de lujo en Italia. ll Cavaliere Diego Della Valle marca el rumbo: “es un hombre muy inteligente con el que me sentí muy cómodo desde el primer momento. Me encanta su sentido de la excelencia”, nos comenta Arthur.
Un aspecto muy milanés que el diseñador reconoce ya como propio: “Yo soy de Viena y me encantaba ir al teatro y a la ópera con mis padres. Ahí es donde decidí que quería ser cantante de ópera o diseñador de vestuario. Como no tenía mucha voz, me fui a estudiar a Central Saint Martins en Londres. No tenía ni una libra, así que trabajaba como camarero y le ponía copas a Amy Winehouse y a la gente más exótica de la ciudad. Cuando llegué a Milán para trabajar con Armani fue dramático; amaba la energía internacional de Londres y Milán en pleno agosto estaba totalmente desierto, no tenía vida… pero ya llevo 10 años ahí y su gente me ha hecho sentir como un verdadero milanés. Me encanta el exagerado sentido que tienen de la calidad: en la comida, en el diseño, la arquitectura, la ropa… Es algo que está oculto, pero cuando lo sabes ver, es precioso. Ahora incluso me considero un orgulloso embajador”.
Arthur Arbesser ha pasado su primera prueba, el público y la crítica han reaccionado bien y se habla de éxito. Pero hay un pero. “Todos los diseñadores tenemos una regla de oro: cada seis meses tienes que ser mejor que hace seis meses, así que es imposible estar satisfecho con lo que has presentado porque ya estás pensando en mejorarlo para la siguiente temporada. Mi mayor aspiración en la vida es precisamente esa, ser siempre mejor cada seis meses”.