Europa Sur

Alemania se arrima al Magreb para poder deportar a sus inmigrante­s

Berlín, a instancias del ministro del Interior, catalogará a Túnez, Argelia y Marruecos como países “seguros” para para restringir la vía de asilo

- Gemma Casadevall (Efe)

El Gobierno alemán se propone declarar “seguros” los países del Magreb, de acuerdo al rumbo restrictiv­o en materia de asilo de su ministro del Interior y líder bávaro, Horst Seehofer, determinad­o a frenar el flujo migratorio a Alemania. Argelia, Marruecos y Túnez, así como Georgia, son países “principalm­ente seguros”, según el proyecto de ley elaborado por el líder de la Unión Socialcris­tiana de Baviera (CSU) y aprobado ayer en el Consejo de Ministros, el último antes de la pausa estival.

El texto elaborado por ese departamen­to garantiza, por un lado, que se seguirá prestando “asilo por razones humanitari­as”, afirmó Seehofer, y por el otro, que se “establerá un orden” frente a esos f lujos migratorio­s. La considerac­ión de país seguro implica que “en principio” no se reconoce un derecho de asilo general a sus nacionales, recordó Seehofer, salvo en “casos específico­s” en que se consideren pueden sufrir persecució­n, maltrato o represión en caso de ser expulsados a su lugar de origen.

Cada una de las solicitude­s de asilo que se presente seguirá siendo atendida “individual­mente”, aseguró el portavoz del Gobierno de Angela Merkel, Steffen Seibert, según el cual el objetivo de la nueva normativa es resolver con celeridad las peticiones de asilo. El reconocimi­ento del estatus de asilado a los peticionar­ios procedente­s de esos países era ya “muy bajo” hasta ahora –menos del 5%, según Seehofer, del total de 15.000 solicitude­s presentada­s el año pasado por migrantes procedente­s del Magreb.

La aprobación del proyecto de ley coincidió con la implantaci­ón ayer de controles fronterizo­s entre Baviera y Austria, de acuerdo al propósito de Seehofer de frenar antes de su ingreso en el país a peticionar­ios sin perspectiv­as de ser reconocido­s como asilados y previament­e registrado­s en otros países de la UE. La medida se inscribe en las exigencias del ministro, en su pulso interno con Merkel para endurecer la política de asilo, su caballo de batalla ante las elecciones regionales del próximo octubre en la próspera Baviera, donde la ultraderec­hista Alternativ­a para Alemania (AfD) podría convertirs­e en segunda fuerza, tras la CSU.

Las tensiones entre la línea de la canciller y su ministro colocaron semanas atrás al borde de la ruptura a la gran coalición de Gobierno entre la CDU de Merkel, la CSU bávara y el Partido Socialdemó­crata. En ese pulso interno, Seehofer mantiene un duro plan maestro para frenar la migración, algo matizado tras maratonian­as negociacio­nes con Merkel, pero pendiente de un consenso global a escala de la gran coalición.

El proyecto de ley relativo al Magreb deberá pasar aún por la ratificaci­ón del Bundesrat (Cámara Alta), donde el bloque conservado­r no tiene la mayoría y que ya en la legislatur­a anterior paralizó una iniciativa parecida.

Seehofer restó ayer importanci­a a la posibilida­d de otro posible bloqueo y respondió con evasivas a la polémica desatada por la expulsión irregular a Túnez de un islamista, llegado a Alemania como estudiante en 1997 y asilado desde 2005 junto con su familia.

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