La hoja de loto como modelo
Científicos estadounidenses desarrollan un metal extremadamente hidrófugo.
Si una gota de agua chocara contra este nuevo metal, rebotaría como si se tratara de un trampolín. Pero ¿para qué podría servir un metal tan hidrófugo o “superhidrofóbico”? Chunlei Guo, catedrático de óptica en Rochester (EE UU), explica el objetivo de su invento con una sartén: en el caso del teflón, que da carácter hidrófugo a las superficies, las gotas empiezan a rodar a partir de una inclinación de 70 grados. En el caso de un metal superhidrofóbico, sin embargo, lo harían a partir de una inclinación de cinco grados. A esto se suma que el efecto extremadamente hidró
fugo no es el resultado