Glamour (Spain)

La joya del Sur

Con alma británica, pero espíritu español, pasamos un día con Natalia Golding en su finca gaditana, donde combina su pasión por los caballos y su nueva responsabi­lidad, dirigir la Bodega Tesalia.

- Texto: Gema Hospido. Estilismo: Leire Peña. Fotos: Thomas Mattil

Natalia desprende armonía en sus movimiento­s, espontanei­dad en su sonrisa e inteligenc­ia en sus palabras, no las mide, pero sabe muy bien qué decir y cómo. Desde hace unos años, ha combinado su pasión por la hípica (nos ha representa­do innumerabl­es veces en certámenes internacio­nales) con la de convertirs­e en la directora de Bodega Tesalia, un proyecto que nació en la finca familiar, tras la compra de unos viñedos en 2008, y que ahora, una década después, da a luz su buque insignia: Tesalia 2015, resultado de la constancia, la paciencia y la profesiona­lidad. De todo ello hablamos con este nuevo perfil del mundo del vino, una mujer competitiv­a, sensata, cauta y con un ADN predestina­do al éxito y al arduo trabajo. Británica por orígenes, pero española por sentimient­o, en el patio de su cortijo, mientras los viñedos se derraman por la falda de la Sierra de Grazalema y sus caballos descansan en las caballeriz­as, Natalia, con una copa de vino en la mano y sus perros a los pies, desgrana en su discurso cómo conquistar un territorio, hasta ahora, muy masculino. GLAMOUR: ¿Cuéntame un poco cómo comenzó todo? NATALIA: Empezó todo muy como sin querer, mi padre se instaló aquí en el sur y empezó con el tema de los caballos, siguió

con que quería una finca para retirarse y continuó con hacer unos viñedos e investigac­iones sobre ello... Yo la verdad, estaba muy metida con mis caballos y mi universida­d en aquel momento. Además viajo mucho por el tema de los caballos, y cuando me quise dar cuenta, teníamos aquí un viñedo increíble. GLAMOUR: Tienes como brazo derecho ( porque tú eres quien dirige todo esto) un asesor increíble que es tu padre, Richard Golding, una eminencia en empresa. NATALIA: Sí, aunque tiene su lado bueno y malo (risas). Cuando el viñedo pasa a ser real y hay un proyecto futuro que nos planteamos que va hacia adelante, la idea es ver si podemos montar un negocio, que pueda mantener los gastos y funcionami­ento de la finca, es muy importante ser autosufici­entes con todo lo que tenemos aquí montado. Así que surgió la posibilida­d de hacer un máster para poder formarme, porque es un mundo muy específico. Yo no tenía conocimien­to de ningún tipo, hasta entonces salía a cenar y sí, me gusta el vino, pero no tenía ni idea del proceso... Me formé y como siempre se me ha dado bien estudiar, era como un reto más. Creía que sabía dónde me metía, estudié ADE y Marketing, pero realmente no tiene nada que ver con las partes que luego vi del máster, porque había una de viticultur­a muy dura, otra de química que es más la de enología y luego la comercial de marketing que es la que realmente me gusta a mí; la parte del campo me gusta, pero es muy dura, es un trabajo muy cansado. GLAMOUR: ¿Por qué el nombre Tesalia? NATALIA: Tiene su historia, como la familia está muy vinculada con el mundo del caballo, y mi madre competía también como yo, a la hora de buscar un nombre, queríamos uno que cubriera muchos requisitos: que fuera corto, bonito, que se pudiera decir en muchos idiomas, que fuera fuerte y que significar­a algo. Y entonces surgió Tesalia, que eran las montañas donde vivían los centauros, mitad hombre y mitad caballo y por lo visto, tenían una cueva donde guardaban vino, así que pensé que era perfecto y además para el logo se nos ocurrió un centauro. La parte de marketing fue un proceso muy bonito, cómo llegamos al diseño. En todo el proyecto nos hemos rodeado de un equipo muy profesiona­l, cada uno en su sector, [el enólogo Ignacio de Miguel, el experto en viticultur­a José Ramón Lissarragu­e y el Master of Wine holandés Cees van Casteren] y en la de marketing no iba a ser menos. Los colores también fueron muy importante­s, el azul, el dorado y el blanco y queremos que siempre estén ligados a la marca y jugar con eso haciendo diseños diferentes. GLAMOUR: Eres consciente de que eres una mujer en un mundo de hombres y tradicione­s, ¿cómo lo vas lidiando y qué te vas encontrand­o? NATALIA: La verdad es que es un mundo muy complejo, sí hay muchos hombres, pero cada vez hay más mujeres, y yo creo que si nosotras estamos seguras de nosotras mismas y de lo que queremos transmitir y el camino que queremos seguir, tenemos muchísimo que aportar. GLAMOUR: ¿Tienes la sensación que por ser mujer y joven tienes que demostrar más? NATALIA: No, me da la sensación que a veces te infravalor­an

o piensan “mira la niñita”, pero imagino que en muchos otros negocios es así, por eso pienso que las cosas se demuestran andando y prefiero seguir y continuar, esto es así, hay que trabajar duro seas hombre o mujer, depende de cada uno, de lo que tú quieras apostar por ello y si crees en lo que haces, yo prefiero callarme y trabajar. GLAMOUR: Supongo que todos estos años compitiend­o, todo lo que te ha enseñado el deporte como el esfuerzo, la competitiv­idad o el sacrificio, ¿lo has llevado al plano de los negocios? NATALIA: Creo que la personalid­ad influye mucho en cualquier cosa que hagas, yo he sido siempre muy competitiv­a en cualquier cosa, siempre muy perfeccion­ista. Depende del traje que me ponga, si tengo que ser bodeguera, amazona o estudiante, pero nunca me conformo, intento darlo todo y hacerlo lo mejor posible, por lo tanto creo que es ir a tope en cualquier cosa. GLAMOUR: ¿Cómo definirías tu management? NATALIA: Estoy aprendiend­o todavía, porque todo me ha venido muy rápido. Creo que tengo cosas buenas y cosas malas. Soy de mecha corta, entonces a veces tengo que respirar y aguantarme y analizar y luego ya hacer lo que tenga que hacer, pero eso sí me cuesta y estoy intentando relativiza­r las cosas porque me acelero muy rápido. Pero de momento estamos aprendiend­o todos. GLAMOUR: Teniendo en cuenta que vives con una maleta debajo del brazo, ¿cómo es tu semana? NATALIA: Creo que no estoy más de dos días en un sitio, a no ser que toque un concurso. Ahora mismo mi casa familiar es Madrid, pero estoy entre Madrid, Sevilla, Arcos, los concursos y ahora los viajes, que no paramos. Acabamos de estar en Londres y Holanda buscando exportacio­nes, ahora nos vamos a Bélgica, luego a Alemania y ya hemos visto las ferias del año que viene. Lo llevo regular, pero me estoy adaptando, aunque me gusta un poco de rutina, yo que sé, cuatro o cinco días organizado­s y poder ver a mis amigas. Pero ahora mismo me surgen tantas cosas... GLAMOUR: Imagino que vas dejando poco a poco el mundo hípico... ¿Cómo lo llevas? NATALIA: Me doy cuenta que el fin de semana para mí no es relax, porque si hay competició­n, compito. Y ha habido días últimament­e que me encuentro mal y sé que tengo que parar... Pero poco a poco.

"SIEMPRE HE SIDO MUY COMPETITIV­A Y PERFECCION­ISTA EN TODAS LAS COSAS"

 ??  ?? En la puerta de su casa gaditana con vestido, de Juan Vidal; zapatos, de Aquazzura; y pendientes de Aristocraz­y.
En la puerta de su casa gaditana con vestido, de Juan Vidal; zapatos, de Aquazzura; y pendientes de Aristocraz­y.
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 ??  ?? Natalia lleva top negro, de Dolores Promesas; falda de lentejuela­s, de Elisabetta Franchi; mule joya, de Manolo Blahnik.
Natalia lleva top negro, de Dolores Promesas; falda de lentejuela­s, de Elisabetta Franchi; mule joya, de Manolo Blahnik.
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 ??  ?? Crop top y falda con volantes, de Dolores Promesas; pendientes, de Aristocraz­y.
Crop top y falda con volantes, de Dolores Promesas; pendientes, de Aristocraz­y.
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