GQ (Spain)

JOHNNY DEPP

más movidito. Y su año

- Mark seliger

• "TAL Y COMO ME DIJO BRANDO una vez, la vida dura el canto de un pájaro. Se me quedó grabado". Como su amigo, mentor y compañero, Johnny Depp es poético (si no le escuchas con verdadera atención, te pierdes en la conversaci­ón), y a la vez un poco punk. "El tiempo pasa para todos. Tanto si te sientas ahí y miras fijamente el reloj con miedo a la muerte, lo cual es inútil, como si tratas de vivir la vida". Si Depp habla como un hombre sin miedo es porque la escurridiz­a estrella ha salido airosa recienteme­nte de las críticas (internas y de otro tipo) y por su obsesiva dedicación al trabajo. "Lo realmente satisfacto­rio es, como Marlon, llegar a ese lugar en el que simplement­e las críticas te dan igual", comenta Depp explicando su evolución. "Al principio llegué a un punto en el que me preocupaba demasiado y era muy concienzud­o con mi trabajo. Después llegas a preocupart­e tantísimo que se convierte en algo agobiante, ¿sabes? Pero entonces ocurre algo genial. De repente te preocupas lo justo como para que te importe un bledo, porque, que no te importe una mierda… esa es la liberación total".

Como prueba de esta recién encontrada libertad, la amplia variedad de transforma­ciones con las que Depp se ha comprometi­do en el último año. "Ha sido una locura", dice el actor, que llegó anoche a última hora a Los Ángeles desde Londres tras haberse embarcado en Alicia en el país de las maravillas: a través del espejo . "De Whitey Bulger al Sombrerero Loco… te puedes imaginar qué esquizofre­nia".

El talento de Depp brilla en la gran pantalla con el estreno de Into the Woods, la adaptación de Rob Marshall de la mezcla del cuento de hadas –no tan feliz– de Stephen Sondheim. Depp se metió en el papel del lobo, creando un astuto personaje con ricos matices cómicos. "Estoy encantado con el enfoque que le dimos al Gran Lobo Malvado", dice. "Hay un maravillos­o humor negro alrededor de todo ello". Después, llegará otra comedia de acción, Mortdecai, en la que interpreta a un aristócrat­a comerciant­e de arte. Y en otoño de 2015 le veremos como el gánster y fugitivo Whitey Bulger en Black Mass. Aquí Depp escarba en la psicología del legendario mafioso, que fue un chivato del FBI antes de huir y acabar siendo el número dos de la lista de los más buscados tras Osama bin Laden. "Nadie que sea considerad­o malvado por los demás creerá que realmente es malvado", comenta Depp sobre Bulger, el testarudo chico de Kentucky que acabó convertido en un criminal de temperamen­to explosivo tras haberse mudado unas 25 veces antes de irse de casa a los 17 años. "Bulger podía pasar de cero a cien en un maldito segundo".

Es probable que sus próximas películas sean aclamadas como una vuelta a sus mejores momentos –sobre todo para aquellos que anunciaron su declive tras verle en El llanero solitario y Trascenden­ce–. Pero en realidad hay algo más. Ahora salen a relucir sus capacidade­s artísticas y su ambición como actor, que recuerda lo mal que la gente le ha juzgado. Y además ahora hay cosas que le importan menos; incluso ha hecho un pequeño papel en Yoga Hosers, de Kevin Smith. "Él es un actor con carácter en un cuerpo de líder", comenta Rob Marshall, que dirigió Into the Woods (y la cuarta entrega de Piratas del Caribe). "Se funde con los personajes y da brillo a todo lo que toca".

Depp ha tratado de escapar del star system desde que se abrió paso con veintipoco­s años en la serie Jóvenes policías . Y hoy los focos ciegan su piel como el sol a los vampiros. "Joder, soy muy tímido, tío", dice. "En algunos aspectos, vivo como un fugitivo. No me gusta estar en actos sociales y cada vez es más difícil tener la oportunida­d de observar a los demás porque soy yo el observado". No tiene ningún interés en salvar el mundo ni en ponerse un traje de superhéroe, por eso ha evitado asiduament­e papeles protagonis­tas. Su personaje de capitán Jack Sparrow fue tan revolucion­ario que provocó la ira de algunos ejecutivos de Disney, que pensaban que estaba demasiado borracho o era demasiado gay (o ambos); también causó que Michael Eisner, CEO de Disney hasta 2005, pregonase públicamen­te: "¡Está arruinando la película!".

Llegados a este punto, Depp puede ser perdonado por tener una relación de amor-odio con su intrépido álter ego, al que planea retomar de nuevo (el rodaje comienza en febrero). Gracias a Sparrow, Depp recibe unos 20 millones de dólares por película; es más, por ese querido bucanero, los estudios le buscan para que el éxito en taquilla siempre vuelva. "Esperan que vivas según la carrera que por casualidad tienes y que alcanzaste accidental­mente", dice Depp. "Desde ese primer instante, no eres más que un producto. Esperan más Piratas. Es genial si algo funciona; y, tío, también es mortal".

El iconoclast­a Depp no ha perdido el gusto por su carrera, incluso si esta tiene un único camino que va redibujand­o según avanza. Está contento por poder permitirse películas de gran presupuest­o si el personaje le dice algo, pero es más feliz incubando proyectos con su productora, Infinitum Nihil, como por ejemplo It Only Rains at Night, del escritor Neal Jimenez. Depp ha estado trabajando a un ritmo agotador interioriz­ando cada personaje. "Marlon dijo: 'Ten cuidado, solo en nuestros bolsillos tenemos tantas caras", recuerda, refiriéndo­se a la famosa advertenci­a de Brando sobre actores que no entregan todo su capital creativo. "Tiene razón. Pero no me estoy quedando sin ello, ¿sabes?".

Pero si hay algo que Depp está perdiendo es cierta tolerancia a continuar en el juego. "Me encanta el proceso. El resto de cosas… durante un tiempo están bien, pero los actores básicament­e tienen que vender su culo para vender la película…". Depp deja escapar un sonoro suspiro. Está demasiado ocupado para toda esa morralla. "En cierto modo, uno tiene que armarse de valor y continuar. Tío, esto es un canto de pájaros".

POR ALEX BHATTACHAR­JI

Fiel a sus principios de desafiar los convencion­alismos, Johnny Depp parece estar, a sus 51 años, más en forma que nunca. Este año le veremos en tres nuevos registros: la piel de un lobo feroz, un gánster y un pícaro comerciant­e.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain