ECONOMÍA BÁSICA
CUENTAS SECRETAS EN SUIZA Y ALGÚN QUE OTRO MITO Una hoja de cálculo con 130.000 nombres de clientes (2.600 de ellos vinculados a España), ha dado la vuelta al mundo desde que Hervé Falciani, técnico informático del HSBC en Suiza, la sacara a la luz. Una
Las claves del caso Falciani
(y otros datos de interés).
1.
Cualquiera puede tener una cuenta en Suiza. No hace falta ser millonario, este es uno de los mitos.
2.
Existen dos tipos de bancos. Los que se denominan bancos comerciales y los que se llaman banca privada. Los primeros, en Suiza, son iguales a los que tenemos aquí, y son los que usan profesionales y funcionarios para tener sus cuentas corrientes. Los segundos se destinan a grandes patrimonios, y suelen pedir que tengas unos 3 millones de dólares. Calderilla.
3.
Los bancos comerciales permiten abrir cuentas con relativa facilidad. Incluso gran parte de los trámites se pueden adelantar por internet, aunque no todos, porque exigen comprobar que eres quien dices ser.
4.
Podrás, mediante notario, certificar tu identidad ante el banco sin viajar al país.
5.
Buscas en Google "banca comercial en Suiza" y, en la página oficial del Departamento Federal suizo de Asuntos Exteriores, se pueden encontrar los enlaces que te llevarán a las distintas opciones.
6.
Los dos grandes bancos, que copan el 30% del mercado, son UBS y Credit Suisse. Ambos tienen web y oficina en España.
7.
El único problema de abrirse una cuenta en Suiza para una persona normal y corriente son las comisiones de mantenimiento o de transferencias, que pueden salir caras. Y el tipo de cambio del euro con el franco suizo. Todo esto puede hacer que no valga la pena sacar el dinero de España.
8.
La clave de todo es el secreto bancario. Efectivamente, uno de los pilares sagrados es que puedes estar sujeto a este
derecho, quintaesencia de la fama que tiene el sistema del país. Nadie sabrá que tienes allí una cuenta.
9.
El chiringuito suizo se vino abajo en parte el 1 de julio de 2005. ¿Por qué? Porque a través de un acuerdo con Europa se decretó que las cuentas acogidas a secreto bancario pagarían un 35% de las ganancias de forma automática a los países de los clientes.
10.
Eso significa que al ministro Montoro le llegaría una transferencia de la agencia fiscal suiza por importe del 35% de lo que ganaste, pero no sabría cuánto tienes en total. Solo pagas por las ganancias, independientemente de si en la cuenta hay 1.000 euros o 10 millones. Otro mito: sí, en Suiza se pagan impuestos.
11.
Paradójicamente, en algunos países los impuestos por esas ganancias eran más bajos que ese 35%, por lo que hizo que mucha gente prefiriera no acogerse a este secreto bancario suizo y desvelar a las autoridades de su propio país que allí tenía una cuenta dando rendimientos.
12.
Evidentemente, si la intención es ocultarle a Montoro un dinerito, como el que milagrosamente acumuló Bárcenas, Suiza es una opción. Tan solo tendríamos que guardarlo allí y no hacer ninguna inversión. De este modo no habrá ganancias ni nada que comunicar. Y en Madrid no sabrían nada.
13.
Si la intención es transitar por el lado oscuro, no queda más remedio que viajar al país para ingresar el dinero en un maletín o hacer transferencias pequeñas.
14.
Teóricamente, el banco suizo investigará tu perfil y si ve algo sospechoso podrá abrir un expediente por considerarte una persona "políticamente expuesta" o que puede poner en riesgo el buen nombre de la entidad.
15.
Las leyes del país impiden a los bancos aceptar dinero negro que pueda provenir de actividades como el tráfico de drogas. En teoría, este asunto se lo toman muy en serio.
16.
¿Por qué tanto lío con la lista Falciani? Pues no es tanto Suiza el problema, sino lo que hizo el banco en cuestión, el HSBC. Paradojas de la vida, un suizo de pura cepa diría: ¡el HSBC no es suizo! Y efectivamente: es un banco británico con una sede en el país relojero.
17.
Para evitar la ley de 2005 que disolvía parte de la gracia del chiringuito suizo, este banco asesoró a sus clientes sobre cómo saltársela, mediante la creación fundamentalmente de empresas pantalla, y así pagar pocos impuestos o nada. Esto es lo que hemos sabido recientemente con informes internos del propio banco.
18.
Ojo, no todos los nombres del Excel de la lista Falciani son mala gente. Otro de los mitos. Es una hoja de cálculo en bruto con un montón de clientes y no todos hacían algo ilegal. Pero sí permitió a los países que accedieron a la lista localizar a defraudadores.
19.
La lista fue rulando país por país. En España, la Agencia Tributaria identificó a 659 defraudadores, a los que se les invitó amablemente a regularizar su situación y a pagar lo que debían.
20.
A Falciani le quieren meter en la cárcel en Suiza porque el secreto bancario es algo fundamental allí, por lo que robar y divulgar esa lista violaba esta sacrosanta norma helvética.
21.
Los traficantes de diamantes o financiadores de Al Qaeda que estaban en esa lista también persiguen a Falciani, pero no precisamente para llevarle ante un tribunal. Tampoco para darle las gracias. Por eso lleva escolta. Aunque los suizos también pueden ser peligrosos, a su manera, claro (véase la guardia suiza del Papa).