Talento y sensualidad: Sophie Auster.
… para adorar sin condiciones a Sophie Auster, hija de Paul Auster y Siri Hustvedt y nueva musa del folk.
Hay unas cuantas verdades axiomáticas en esta vida. Tres ejemplos: 1) el agua a nivel del mar hierve a 100 ºc, 2) obtienes verde si mezclas amarillo y azul y 3) cualquier persona con una pizca de sentido común se enamora de Sophie Auster (Nueva York, 1987) nada más conocerla (palabrita de niño GQ: lo comprobamos cuando quedamos con ella para tomar este par de retratos que tienes entre las manos). Es una mujer guapa (tiene un atractivo imposible de capturar en una foto), culta y talentosa. Tiene labia y desprende un magnetismo de lo más irresistible, quizá provocado por una personalidad espontánea y un tanto bohemia.
De alta alcurnia literaria (ya sabrás que se trata de la hija de los escritores Paul Auster, Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, y Siri Hustvedt), Sophie ha preferido no obstante abrazar la música como método de expresión artística. "Es inspirador tener unos referentes así, pero lo cierto es que vivimos en planos diferentes. Leo mucho y la poesía condiciona lo que digo en mis canciones y cómo lo digo, pero nunca he querido ser escritora de libros como mis padres. Escribo porque lo necesito para hacer música", nos cuenta, notablemente orgullosa de haber sabido encontrar su propio camino en el mundo.
Con 18 años publicó su primer disco, Sophie Auster, formado por canciones compuestas por ella misma cuando tan sólo sumaba 16 veranos. Esta ópera prima mostró las líneas maestras de lo que sería su carrera (chamber pop, easy listening, canción de autor) y la colocó en el radar de la beautiful people neoyorquina, lo que le dio la oportunidad de publicar en 2012 un EP titulado Red Weather y de colocar tres años más tarde un segundo álbum, Dogs and Men, en las estanterías de medio mundo.
Este año regresa con Next Time, un ejercicio producido por Tore Johansson (New Order, Franz Ferdinand) que bebe del folk de los 60, del soul de los 70 e incluso del synth pop de los 80: "Es un reflejo optimista que habla del avance y del retroceso en nuestras vidas, unas veces en clave de humor y otras en serio. La idea que une todos los cortes es que la próxima vez de algo, de cualquier situación que vivamos, será mejor que la anterior". Lo dicho: imposible no enamorarse de Sophie.