Harper's Bazaar (Spain)

UNA MUJER ENTRE UN MILLÓN

Cuando la carrera judicial era impensable para una mujer, ella llegó a ser la primera en presidir una Audiencia Provincial. Magistrada del Tribunal Supremo y vocal del CGPJ, hoy MARGARITA ROBLES es la tercera mujer en ocupar el Ministerio de Defensa. Habl

- Por Alberto Pinteño. Fotografía de Rosa Copado. Estilismo de Ana Tovar

El nuevo Gobierno de España es el refejo de lo mejor de la sociedad a la que aspira servir. Un nuevo Gobierno para una sociedad como la española, que es paritaria […]. Lo he dicho en muchas ocasiones, España cambió el pasado 8 de marzo. Hubo un antes y un después en nuestro país con las movilizaci­ones feministas, y el nuevo Gobierno es fel refejo de ese movimiento. Reúne por primera vez en la historia de nuestra democracia a más mujeres que hombres en el consejo de ministros, 11 de 17 son mujeres, otorga el peso de la responsabi­lidad de esa materia económica a las mujeres y sitúa las políticas de igualdad como una auténtica prioridad». Sereno, casi sin levantar la mirada del texto de su discurso, estas fueron las palabras que tan solo hace unos días pronunció el nuevo presidente, Pedro Sánchez, en el anuncio de composició­n de su Gobierno. Mascando casi palabras como ‘paridad’,‘igualdad’,‘feminismo’… Era, es, efectivame­nte, la primera vez en la historia de la democracia española donde el Gobierno llevaba, lleva, nombre de mujer. Pero no siempre fue así. Era julio de 1979. Una joven chica de 23 años había acabado sus estudios en la Escuela Judicial de Barcelona con un resultado nunca antes visto: 1.ª de la promoción. Se llamaba Margarita Robles, era leonesa de nacimiento, pero a los 11 años se trasladó a Barcelona, porque a su padre, secretario de administra­ción local y abogado, lo destinaron a la capital Condal. Menuda, inquieta y con las ideas muy, muy claras, cuando comenzó a preparar las oposicione­s a juez no existían entonces mujeres jueces en España. Primero fue una prohibició­n por ley. Más tarde, no había cultura de integrar a las mujeres en la judicatura. Cuando Robles quedó la primera de su promoción fue una conmoción para algunos sectores. Entonces existía una tradición en la Escuela Judicial donde uno de los profesores, un médico forense de mucho prestigio, regalaba siempre un libro al número uno de la promoción. Ese año, apretó los dientes, y obsequió a Margarita con Mujeres españolas, de Salvador de Madariaga, con una dedicatori­a que decía así: «Está muy bien ser juez, pero lo importante en la vida es ser esposa y madre». El número dos de la promoción –al que Robles le llevaba dos puntos, una diferencia importante– era un chico. A él, este profesor le regaló El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes, y se lo dedicó con una ‘hidalga e ingeniosa’ frase: «Has sido muy caballeros­o al haber cedido a Margarita el número uno». Lejos de achantarse, Robles salió adelante. Cuando aprobó las oposicione­s solo siete mujeres lo hicieron con ella, entre estas fguraban Consuelo Madrigal, que fue fscal general del Estado, y Manuela Carmena, que había estado hasta entonces trabajando en un despacho laboralist­a. Su primer destino como jueza fue Balaguer (Lérida), para más tarde hacer lo propio en Bilbao hasta que se convirtió en la primera mujer que presidió una sala de lo Contencios­o-administra­tivo, la primera que llegó a una Audiencia Provincial y también la primera en presidirla, la de Barcelona. «Ahora, cuando veo muchas cosas que suceden, sobre todo en materia de agresiones sexuales –dice sin reparos–, recuerdo aquella época en la Audiencia en la que no había mujeres. Cada vez que había un juicio por violación era una tortura. Eran pocas las que denunciaba­n, pero los juicios eran a ellas mismas. Se me viene a la mente aquel juicio en el que éramos un tribunal de tres, yo era la magistrada de la izquierda –porque siempre el magistrado más antiguo se coloca a la izquierda del presidente– y el nivel del interrogat­orio del abogado defensor era tan agresivo hacia la víctima que yo le dije al presidente de la sala:‘O cortas este interrogat­orio o me levanto y me voy’. Por suerte, ha pasado mucho tiempo de esto, pero cuando veo algunos retrocesos, sobre todo en juicios de violacione­s o agresiones sexuales donde se vuelve a poner en cuestión a la víctima, me retrotrae a tiempos que yo pensaba felizmente superados». Por suerte, en las últimas promocione­s de jueces el 70 por ciento son mujeres. Sin embargo, en la cúpula de la judicatura aún falta por hacer. En el Tribunal Supremo hay 75 hombres y 11 mujeres.Y en la Sala de Gobierno del Supremo no hay ninguna. Es esa foto que algunos tenemos en la retina de la apertura del año judicial con el rey y donde todos son hombres y no hay ninguna mujer. «Esa foto hiere la sensibilid­ad de la ciudadanía. Falta mucho por hacer», alude Robles con un gesto de pesadumbre.

PREGUNTA: En un mundo machista usted consiguió lo más difícil, ser una jueza respetada y la primera mujer en presidir una Audiencia Provincial, ¿cómo fue su entrada en política? RESPUESTA: Vino de la mano de Juan Alberto Belloch. Fui secretaria de Justicia cuando él fue nombrado ministro de Justicia por Felipe González. Más tarde, cuando unifcaron los ministerio­s de Justicia e Interior, yo me quedé de secretaria de Estado de Interior. Fue una época muy apasionant­e en mi vida, aunque muy dura por el terrorismo de ETA. Tuve que acudir a muchos funerales y ver muchas víctimas, por eso he celebrado enormement­e, aunque con un sabor agri-

Trench de lino y falda de punto, ambos de CORTANA, y top de punto de algodón de BOSS. En la página anterior, trench de lino de CORTANA y salones de piel de ÚRSULA MASCARÓ.

dulce, el fnal del grupo terrorista, pues dejó mucho dolor. Fue una época personalme­nte muy importante porque al mismo tiempo tuve la oportunida­d de convivir con los 120.000 hombres y mujeres de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.Aprendí mucho en aquel tiempo que fue corto, no duró más de tres años. Después volví a la judicatura (como magistrada del Tribunal Supremo y vocal del Consejo General del Poder Judicial), hasta que en mayo de 2016 Pedro Sánchez me llamó para ir de número dos por la lista de Madrid. P: ¿No le asustó regresar a la política con los tiempos que corrían? R: La verdad es que me lo pensé, porque me considero una jueza vocacional y estaba bien en el Supremo, pero me pareció un reto apasionant­e poder ayudar a transforma­r la vida de este país. Pensaba, y sigo pensando, que Pedro Sánchez era el hombre, y es el hombre, indicado para hacer una España mucho más moderna, plural, abierta, que piensa en aquellos que más lo necesitan, y desde esa perspectiv­a me incorporé al equipo de Pedro. Estoy muy contenta de que Pedro sea presidente del Gobierno porque será bueno para una España en general, para una España en el contexto de la Unión Europea, que apueste por la modernidad, por la defensa de los valores constituci­onales y, sobre todo, por una agenda social que tenga en cuenta a aquellos que lo están pasando peor, que están en paro, con un empleo precario, los pensionist­as, los dependient­es, las mujeres maltratada­s… Tenemos un reto histórico para abordar estas cuestiones y lo vamos a hacer con todo el sentido de la responsabi­lidad, con mucha prudencia y, al mismo tiempo, con mucha humildad. P: Parece casi poético (y profético) que usted haya salido siempre a defender a Pedro Sánchez y la haya nombrado ministra de Defensa. ¿Cómo vivió aquella división interna del PSOE y el descabezam­iento de Sánchez? R: Siempre es bueno mirar hacia el futuro y no hacia el pasado. Pero si hay algo por lo que regresé a la política fue por la coherencia de Pedro Sánchez. Siempre digo que una persona que es capaz de defender sus principios hasta el punto de renunciar a su escaño de diputado e incluso irse al paro es una persona que merece confanza. No podía permitir que el PP continuara en el Gobierno y puso su puesto a disposició­n de las bases. Esa coherencia política es la que deberían tener todos los partidos y, en el caso de Sánchez, esto tiene que dar una gran tranquilid­ad para que la gente lo perciba como presidente del Gobierno de España. P: ¿Cómo vivió aquellos días antes (y durante) la moción de censura? R: Bueno, nosotros decidimos presentar la moción por sentido de responsabi­lidad. Entendimos que se había dictado una sentencia judicial, la de Gürtel, que era muy relevante e importante desde el punto de vista de la credibilid­ad del Gobierno. Pedro Sánchez le ofreció a Mariano Rajoy retirar la moción de censura si él presentaba la dimisión, pero el señor Rajoy no tomó ninguna de las decisiones políticas que podría haber llevado a cabo, como convocar elecciones anticipada­s. Cuando se publicó la sentencia estuvimos todo el día esperando a ver qué decisiones políticas tomaba el Gobierno y ante la ausencia total por parte de Rajoy fue cuando decidimos presentar la moción. P: ¿Qué le viene a la cabeza cuando hablan de la moción de censura como ‘asalto al poder’ o ‘golpe de Estado’? R: Yo entiendo que pueda haber gente que esté molesta con lo que ha ocurrido, pero vivimos en una democracia parlamenta­ria, defendemos la Constituci­ón como marco de nuestros valores, derechos y libertades.Y es la Constituci­ón el texto que establece el mecanismo de la moción de censura. Es tan constituci­onal, tan legal y tan democrátic­o como unas elecciones generales. Por tanto, insisto, esperamos a que el señor Rajoy

«SI HAY ALGO POR LO QUE REGRESÉ A LA POLÍTICA FUE POR LA COHERENCIA DE PEDRO SÁNCHEZ»

tomara una decisión política y ante esa ausencia acudimos a un mecanismo constituci­onal. Un mecanismo al que nuestra Constituci­ón ha querido darle el mayor rango, y si vivimos en democracia plena y defendemos nuestro texto constituci­onal debemos defender lo que este recoge y, entre otros, establece como mecanismo de poder político la moción de censura.Yo quiero recordar que el pasado 30 de agosto, cuando hubo un pleno extraordin­ario donde el señor Rajoy vino a hablar sobre su comparecen­cia como testigo en el caso Gürtel, cuando él se dirigió a mí expresamen­te me dijo que si queríamos pedir su responsabi­lidad política la única opción que teníamos era acudir a la moción de censura. Pues bien, hicimos caso al señor Rajoy.Y quien duda del mecanismo de la moción está dudando de nuestra Constituci­ón. P: ¿Qué le pareció que el escaño de Rajoy estuviera ocupado por un bolso durante parte del debate de la moción? R: Mire, a mí me pareció una falta de respeto a todos los ciudadanos en general y muy en par- ticular a los votantes del Partido Popular. Cuando uno tiene una moción de censura a su Gobierno, donde el presidente puede intervenir sin límite de tiempo y en cualquier momento, me pareció una falta de respeto absoluto al Parlamento y fundamenta­lmente a los ciudadanos españoles y a sus votantes. Porque un presidente de Gobierno es como el capitán de un barco, tiene que estar hasta el fnal. Y mucho más cuando lo que se estaba cuestionan­do era su política.Yo tengo que decir que el señor Rajoy me merece el mayor respeto personal y también intelectua­l, pero no fue valiente cuando estuvo en un restaurant­e en vez de estar en la sede de la soberanía popular. P: Permítame preguntarl­e por la sentencia del caso ERE en Andalucía, cuando se publique, ¿qué medidas tomará el PSOE? R: Creo que las responsabi­lidades políticas por el caso ERE ya se han asumido. No sé qué sentencia habrá, pero mientras tanto hay una presunción de inocencia, pero lo que sí está claro es que tanto Griñán como Chaves dimitieron de cualquier responsabi­lidad política. Precisamen­te por eso nosotros le pedíamos al señor Rajoy que él asumiera las suyas, no quiso hacerlo y ha preferido que su partido perdiera la moción y es una decisión que nosotros respetamos. P: ¿Qué hay de cierto en las declaracio­nes recogidas por los medios de comunicaci­ón donde se decía que usted confaba en Susana Díaz? R: Yo respeto a Susana Díaz como respeto a cualquier dirigente político, pero evidenteme­nte mi compromiso social y político ha estado siempre, sin ninguna duda y en todo momento, con Pedro Sánchez, porque creo que es la persona idónea para ser presidente del Gobierno. Por lo tanto, Susana Díaz como cualquier militante socialista o presidente tiene mi respeto y mi reconocimi­ento, pero obviamente yo con quien me siento identifcad­a es con Pedro Sánchez. P: En un primer momento la llegada a la Moncloa de Pedro Sánchez la vieron los escépticos con ojos muy críticos. Quizá de ahí que al principio se apoyara en la vieja guardia socialista para repartir carteras ministeria­les, como el caso de Carmen Calvo o Josep Borrell. Este último fue el primer nombre que se confrmó, y nada menos que para el ministerio de Asuntos Exteriores. Desde ese día acuciaron las críticas, sobre todo del independen­tismo… ➤

«RAJOY NO FUE VALIENTE AL ESTAR EN UN RESTAURANT­E EN VEZ DE EN LA SEDE DE LA SOBERANÍA POPULAR»

«ESPAÑA ES UNA DEMOCRACIA Y, POR TANTO, NO HAY PRESOS POLÍTICOS»

R: Yo creo que a cualquier Gobierno hay que darle un periodo de 100 días. Nosotros somos muy consciente­s de que la situación es muy complicada, pero lo hemos dicho también, haremos una apuesta clarísima por tratar de recobrar la estabilida­d, que estaba muy perjudicad­a como consecuenc­ia de todos los procedimie­ntos judiciales abiertos, y sobre todo lo vamos a hacer con mucho sentido de Estado, vamos a tratar de darle la máxima credibilid­ad y algo que para mí es muy importante, la humildad. P: Antes de ese margen de 100 días ya empezó a recibir críticas el nuevo Gobierno por pactar con casi todos los grupos parlamenta­rios. R: Creo que hay una cosa muy importante y se vio en las intervenci­ones de todos los diputados, incluidos los independen­tistas: a ellos no les gustaba el señor Pedro Sánchez, pero les gustaba menos Mariano Rajoy. Lo importante en este momento es dar esa imagen de prudencia, de estabilida­d y hacer una apuesta por el diálogo.Yo lo dije en mi intervenci­ón, que me quería quedar con tres ideas fundamenta­les: la ilusión, la esperanza y el diálogo que unieron a España en 1982 bajo el gobierno de Felipe González y en el año 2004 bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Para mí ese modelo fue fundamenta­l, porque fue el que trajo la modernidad a España, la consolidac­ión de nuestra democracia, la que hizo a España fuerte en Europa. No es un momento fácil pero es verdad que los proyectos socialista­s han sido siempre de incluir y no de excluir a la gente. P: ¿Sigue pensando que las libertades se han ido mermando durante la legislatur­a popular? R: Hay una cosa evidente, durante el gobierno popular ha habido un clarísimo retroceso en materia de derechos y libertades, el ejemplo más importante es la Ley Mordaza, por eso una de las prioridade­s es continuar con la derogación de esta ley, que ya está en este momento en trámite en el Congreso. Hemos vivido en una época de restricció­n y por lo tanto vamos a trabajar todos para que esta sea esa España plural, abierta y democrátic­a que todos queremos. P: ¿En ningún momento pidió el grupo parlamenta­rio Podemos formar parte de la Ejecutiva? R: No. Pedro Sánchez ya lo dijo en su momento: será un Gobierno de inspiració­n socialista. P: ¿Se siente catalana o castellano­leonesa? R: Nací en León y toda mi familia es de allí, pero muy joven me fui a Barcelona. Mi vida profesiona­l y personal la hice en Cataluña, estoy muy orgullosa de ello y lo que quiero es que trabajemos entre todos por hacer una España que reconozca la pluralidad, el diálogo y sea un punto de referencia obligada en Europa y en el mundo. P: ¿Considera que el señor Puigdemont ha sido un ejemplo para una parte de los catalanes? R: El señor Puigdemont es una de las páginas más negras de la historia de Cataluña.Yo he vivido en una Cataluña incluyente, tolerante, que era un ejemplo para todo el mundo, y Puigdemont ha hecho que se escriban las páginas más negras de exclusión, de intoleranc­ia, enfrentami­ento, división… Ojalá sea una página que podamos pasar pronto y volvamos a aquella Cataluña fuerte, potente y ejemplo para España y Europa, y en la que nunca, nadie, se sienta excluido. P: Como magistrada que es, ¿está de acuerdo con que los presos catalanes son presos políticos?

QR: No, los presos catalanes son personas que están inmersas en un procedimie­nto judicial, en los que un juez entiende que han podido cometer un hecho delictivo. España es una democracia y, por tanto, no hay presos políticos. En este caso está actuando el juez Pablo Llarena y desde luego, por mi parte, tendrá siempre mi respeto. Son las 12 del mediodía del 7 de junio cuando entramos en el patio del Ministerio de Defensa, en el 109 del madrileño Paseo de la Castellana. La recién nombrada ministra de Defensa hace su aparición frente a algunos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, también del CNI (Centro Nacional de Inteligenc­ia), que ahora está bajo el control de Margarita Robles. Detrás, la recién salida María Dolores de Cospedal, segunda ministra de Defensa de la democracia española. La primera fue la desapareci­da Carme Chacón, a quien Robles recuerda con cariño en su primer discurso como ministra mientras alza la copa y declara su amor por España. Un ministerio donde desde julio del 77 han pasado 13 hombres y 3 mujeres. Pero hoy, la bandera ondea en honor a una mujer. Hoy, Margarita debería devolverle aquel libro de Madariaga a su entonces profesor en la Escuela Judicial con la siguiente dedicatori­a: «Las mujeres españolas llegamos al Gobierno. Firmado: la ministra de Defensa».

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 ??  ?? 1979. El primer Gobierno constituci­onal, presidido por Adolfo Suárez, posa con el rey Juan Carlos. Hay dos vicepresid­entes y 20 ministros, entre los que se encuentran Pérez-Llorca, Calvo-Sotelo, Marcelino Oreja o Arias-Salgado. Ninguna mujer.
1979. El primer Gobierno constituci­onal, presidido por Adolfo Suárez, posa con el rey Juan Carlos. Hay dos vicepresid­entes y 20 ministros, entre los que se encuentran Pérez-Llorca, Calvo-Sotelo, Marcelino Oreja o Arias-Salgado. Ninguna mujer.
 ??  ?? 2018. El primer Gobierno de la democracia española con mayor número de mujeres posa junto al rey Felipe VI. Pedro Sánchez ha elegido a 11 mujeres para dirigir los ministerio­s frente a 6 hombres. Entre ellas: Carmen Calvo, Nadia Calviño, Isabel Celaá, Meritxell Batet, Reyes Maroto o Margarita Robles.
2018. El primer Gobierno de la democracia española con mayor número de mujeres posa junto al rey Felipe VI. Pedro Sánchez ha elegido a 11 mujeres para dirigir los ministerio­s frente a 6 hombres. Entre ellas: Carmen Calvo, Nadia Calviño, Isabel Celaá, Meritxell Batet, Reyes Maroto o Margarita Robles.

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