¿DEMASIADA HUMEDAD?
El cambio climático puede estar afectando a infinidad de bienes culturales en todo el mundo.
La destrucción de maravillas antiguas en Siria o Yemen no es hoy el único motivo de alarma para la conservación del patrimonio cultural. El cambio climático es otro de ellos. En la ciudad chilena de Arica, un lugar árido desde tiempos inmemoriales, llevan recibiendo húmedas neblinas del Pacífico desde hace un decenio. Y esa transformación es la que está desintegrando algunas de las momias chinchorro. Los chinchorro vivieron en la costa norte de Chile y en la sur de Perú hace unos siete mil años, y sus momias son al menos dos milenios más antiguas que las egipcias (abajo, un conjunto de ellas en una exhibición). LA UNIVERSIDAD de Tarapacá, en Arica, en cuyo museo arqueológico se conservan 120 momias, solicitó recientemente a un equipo de especialistas en biología aplicada que las estudiara. La conclusión es que la mayor humedad en el ambiente ha permitido el crecimiento de bacterias en la piel de las momias, tornándola negra y gelatinosa. Para salvarlas, el museo está corrigiendo las condiciones de humedad en sus salas. Sin embargo, es posible que EL MINISTERIO de Bienes Nacionales chileno inició en mayo una campaña para que las momias sean reconocidas como patrimonio mundial por la Unesco. El organismo internacional lleva justamente algunos años estudiando el impacto del cambio climático en este campo. Se han detectado daños en la ciudad medieval de Leh, en India, construida en un entorno desértico y no preparada para las mayores precipitaciones actuales. También los kurganes, túmulos funerarios de señores de la guerra escitas, conservados en el permafrost cercano a Siberia, pueden verse perjudicados por el deshielo ártico. Incluso las estatuas de mármol al aire libre diseminadas por el mundo son potenciales víctimas de este problema. Empar Revert