PREMIO A LA MAESTRÍA
RESUMIR LA EXTENSÍSIMA TRAYECTORIA PROFESIONAL DE PASCUA ORTEGA ES TAN DIFÍCIL COMO SEÑALAR SUS MUCHAS VIRTUDES. LO SENCILLO ES APLAUDIR SU FLAMANTE MEDALLA DE ORO AL MÉRITO EN LAS BELLAS ARTES. ¡ENHORABUENA MAESTRO!
Conversamos con Pascua Ortega tras recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes
Pionero, allá por finales de la década de los setenta del pasado siglo, de la modernización decorativa de aquella España que se sacudía grosura y ranciedad, hoy leyenda viva –y muy activa, como demuestra su apretada agenda– del interiorismo en nuestro país, ya era hora de que Pascua Ortega sumase a su buen número de premios y reconocimientos la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que le fue concedida por el Consejo de
Ministros a propuesta del ministro de Educación, Cultura y Deporte Íñigo Méndez de Vigo el pasado diciembre, y le será entregada a lo largo de este 2018. Auténtico Rey Sol, no solo ha firmado alrededor de novecientos proyectos de todo tipo –en todos los ámbitos, del privado al institucional, pasando por el comercial y hostelero o la banca–, sino que, a lo largo de las décadas ha seleccionado y formado, una tras otra, varias cortes de excelentes profesionales a su alrededor.
Él, de entrada, le quita importancia a la medalla, bromeando: “Cuando me llamaron para decírmelo, no sabía muy bien qué significaba exactamente, solo que tenía que agradecerla mucho”. Pero inmediatamente se pone serio para explicarnos que “se trata de un reconocimiento que se hace por primera vez a nuestra profesión, hasta ahora dejada siempre de lado. En los cuarenta años que yo llevo trabajando ha evolucionado sorprendentemente y adquirido una gran influencia social, hasta el punto de que hoy no hay ningún espacio público en el que no participemos de una manera u otra. Yo recojo el premio en nombre de la profesión”. Y retoma ese humor ácido tan característico suyo: “Seguramente me la han concedido a mi porque soy el más anciano”.
Pascua es poco amigo de mirar para atrás, pero reconoce que últimamente, al recuperar por azar proyectos pasados, ha sentido el orgullo de encontrarlos poco deslucidos por el paso del tiempo. “He sabido ser flexible y jugar con todos los estilos, según las necesidades y las demandas de los clientes y de cada obra. Lo fundamental es, sobre todo, adaptarse a un concepto contemporáneo, algo que a mí me obsesiona”, nos confiesa. Recorre también toda su carrera, cual viga maestra, la esencial intención de “crear ambientes luminosos, naturales y amables, huyendo de la ostentación”. Humildad, gusto, destreza y sabiduría, por todo ello es, con todo merecimiento, maestro de maestros. Y aunque la máxima latina razone que jamás trabaja en vano el virtuoso, ya que la virtud es el premio de sí misma, nosotros aplaudimos
medalla.• felices su
“SE TRATA DE UN RECONOCIMIENTO, POR PRIMERA VEZ, A NUESTRA PROFESIÓN, HASTA AHORA DEJADA DE LADO”