La fe hace castillos
Carmen de Bizet Intérpretes: Josefine Grützmacher y Laura Virella, Carmen; Gustavo Durán, Don José; Filharmónica de Cambra de Catalunya; Diego Martin Etxebarria, director musical; Susana Gómez, directora de escena Lugar y fecha: Festival Castell de Santa Florentina, Caldes d’Estrach (18/VII)
En su nueva etapa el Festival ha protagonizado una experiencia singular presentando una ópera, nada menos que Carmen, en su carpa escénica instalada en un paraje de Caldes d’Estrach con vista sorprendente al litoral marítimo. Singular en el sentido de que son pocos los festivales que asumen este tipo de compromisos dada la complejidad que ello supone. La producción (versión levemente reducida aunque con lo esencial) la asumió Jolanta Nicolai junto a Janine Pas, directora de InCanto, una academia holandesa dedicada a la formación en ópera, que acaba de instalar un centro de verano en Terrassa. Contaron en las voces con jóvenes profesionales, muchos con formación en Esmuc, y una orquesta –también joven– eficaz, con buenos solistas, y Raúl García como concertino.
Decía lo de la fe porque en general casi todos los organizadores van a lo seguro, es decir intérpretes consagrados, lugares con enjundia, pero el verano también debería ser tiempo de experimentar nuevas posibilidades, dar lugar a los jóvenes intérpretes y no simplemente repetir los éxitos de temporada. Y en este caso el Festival lo ha asumido, no se si muy conscientes, pero, perdido el lugar de referencia que era el Castell de Santa Florentina ocupado por negocios rusos, se han lanzado a otro tipo de “fortaleza”, ésta de ilusiones. Con altibajos en la programación, pero lo único que puede construir castillos es la fe (reconocida), que esperamos no se agote.
Dicho lo cual, hubo ocasión en dos jornadas sucesivas de seguir las alternativas musicales de Carmen de Bizet con dos repartos. Pero, y esto es la ópera, al marcharse en júbilo el Toreador, la Carmen de la joven Josefine Grützmacher que hasta el momento había hecho buen papel (“Près de remparts de Seville”..), debió ser sustituida –se notaba al comienzo un malestar que no la dejó continuar– por la estupenda Laura Virella, que el día anterior había sido la protagonista. Y nada menos que en el difícil quinteto “Nous avons en tête un affaire”. El cambio no fue muy notorio hasta la llegada de Don José. Excelente Carmen la de Virella que comienza con fuerza su carrera. Don José, menos afortunado, también en el amor, en el tratamiento del registro agudo. Notas de calidad: el dúo de las cartas de Frasquita (Mar Humanes) y Mercedes; la reaparición de Micaela (Lisa Algozzini) a partir del tercer acto que con muy buen trabajo del conjunto imprimió dramatismo, al igual que el Je ne t’aime plus de Carmen y José. Todo fue a mejor en la segunda parte con un final bien estructurado, y un buen trabajo instrumental. El director, muy seguro, optó por la certitud del compás sin dejar mucho aire en el fraseo, y hubo momentos de buena musicalidad en la orquesta que el público supo comprender. Puesta en escena sencilla, no va bien el negro sobre negro del comienzo, y buena definición de las escenas finales. Faltaron subtítulos para orientar, y los parlatos podían haberse dicho en catalán.