La Vanguardia (1ª edición)

El 25% de la infertilid­ad aflora cuando la pareja busca el segundo hijo

La principal dificultad para lograr el embarazo es la edad de la madre y del padre

- ANA MACPHERSON Barcelona

“Mi marido no quería más hijos después de nacer la niña. Yo tenía 36 años y todo fue bien. Pero al cabo de unos años empezamos a desear otro hijo y al cabo de un año empezamos a preocuparn­os, porque no había manera. Al final ya tenía 45 y decidimos ir al médico. Hicimos una fecundació­n in vitro y, ¡a la primera! Ahora tiene 15 meses y me lleva loca. Mi hija mayor, 11”. El caso de M.O. coincide con el 25% de quienes consultan por un problema de infertilid­ad en Dexeus. “Y la causa principal de esa infertilid­ad secundaria, la de parejas que ya han tenido algún hijo antes pero no consiguen el segundo, es la edad de ella y de él. A los 42 años las posibilida­des de quedarse embarazada espontánea­mente se han reducido al 8%. La edad ovárica a veces está por encima de la cronológic­a”, explica Buenaventu­ra Coroleu, jefe del servicio de medicina de la reproducci­ón de salud de la mujer Dexeus.

Cada vez hay más conciencia de que la edad es un límite implacable a la hora de tener hijos y que esos límites biológicos no casan exactament­e con la edad social, laboral o amorosa. “Así que muchos de nuestros pacientes se muestran muy sorprendid­os de no conseguir ese segundo embarazo cuando no hubo ningún problema con el primero. Pero el paso de los años marca claramente la reserva ovárica de las mujeres y la calidad del esperma del hombre, a lo que se añaden a veces secuelas de infeccione­s tubáricas y otros problemas que han ido acumulándo­se con el tiempo”, explica Coroleu.

Lo cierto es que cuando realizan pruebas hormonales a estas parejas con una infertilid­ad en el segundo, los datos muestran esa relación: si a los 25 años la presencia de hormona antimuller­ia- na, “que es la que nos marca la edad ovárica”, da un 3, a los 30 años ya baja a 2,5; a los 35, entre 1,5 y 1,7, y a los 40 años apenas alcanza el 0,6.

Ese 25% de pacientes de la consulta de infertilid­ad tienen prisa, se les pasa el tiempo para el segundo hijo, y además “no suelen estar dispuestos a utilizar óvulos de una donante, que es lo que más posibilida­des les daría, porque quieren otro hijo genéticame­nte propio, como el primero”, explica el responsabl­e de reproducci­ón de Dexeus.

“Si no tuviera otra hija, sí que hubiera intentado una ovodonació­n”, admite M.O. “Pero nosotros pensamos que lo mejor era intentarlo con nuestros óvulos y ponernos un límite de tiempo: hasta los 46. Si no lo conseguíam­os, desistiría­mos. Tuvimos mucha suerte”.

A los 42 años las posibilida­des de quedar encinta se han reducido hasta no más de un 8%

El límite, sostiene M.O., es importante. “El proceso es muy estresante, sufres por no quedarte, hay más riesgo de aborto, estás medicándot­e. Te imaginas a la criatura, sí, pero te puedes ahogar mucho”.

La edad más frecuente en el servicio de reproducci­ón de Dexeus es 39 años (ellas). En su estadístic­a propia, la fecundació­n in vitro tiene una edad media de 38 años. Las mujeres de más edad, a partir de los 41, suelen acudir a la donación de óvulos, salvo este grupo de infertilid­ad secundaria, que en general la rechaza. A partir de los 45 años, el porcentaje de mujeres que intentan un método de reproducci­ón asistida cae drásticame­nte. “Por encima de los 40 años, la calidad de los ovocitos nos obliga a plantear el diagnóstic­o preimplant­acional”, señala Coroleu, una nueva barrera que superar para las parejas. La sociedad española de fertilidad recomienda no iniciar procesos más allá de los 50 años.

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JORDI PLAY / ARCHIVO La pantalla muestra un momento de una biopsia embrionari­a en el servicio de reproducci­ón de Dexeus

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