La deuda desatada
Se trata del volumen más alto en un siglo, según diversos economistas
La deuda pública de las administraciones se incrementó en 18.549 millones de euros el mes de junio, lo que deja el saldo total en 1,107 billones de euros, el equivalente al 100,9% del PIB español, muy por encima del objetivo del Gobierno.
La deuda pública de las administraciones se incrementó en 18.549 millones de euros el mes de junio, lo que deja el saldo total en 1,107 billones de euros. La cifra equivale al 100,9% del PIB español y está por encima del objetivo del Gobierno para el 2016, situado en el 99,14%, tal y como precisó en el plan de estabilidad remitido a Bruselas. El dato supone además un nuevo récord, al tratarse del porcentaje más alto de toda la serie histórica elaborada por el Banco de España (que se remonta a 1994), pero que diversos estudios de economistas hacen llegar a 1909, año en el que estiman que se alcanzó un porcentaje de deuda tan elevado.
Sólo en el último año, esa deuda ha aumentado en 50.000 millones (en junio del 2015, esa deuda era de 1,057 billones). Desde el Ministerio de Economía, que dirige de forma provisional Luis de Guindos, matizan que “se cumplirá con el objetivo a pesar de las oscilaciones que se pueden producir a lo largo del ejercicio entre el calendario de amortizaciones y emisiones”. Por administraciones, la deuda del Gobierno central ascendió en junio a 938.971 millones, la de las comunidades autónomas a 273.843 millones, la de las corporaciones locales a 35.269 millones y la de la Seguridad Social a 17.174 millones. En opinión de Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, “el problema que España tiene encima de la mesa es el del déficit público, y sobre todo, las cifras tan abultadas del año 2015 y lo que va de 2016”. La cifra de 1,017 billones “refleja que al recaudarse menos, por la última reforma fiscal, la financiación de dicho déficit se va acumulando en la citada deuda pública”. A su juicio, “el nuevo ejecutivo que llegue a la Moncloa tendría que aplicar medidas de forma rápida”. Y añade: “Más que para que baje la deuda, para que no suba más”. Bernal destaca que Bruselas va a desarrollar en los próximos meses un papel de inspección y supervisión sobre las cuentas de España muy exhaustivo. “Va a contar como aliado con la AIReF, que ya llevaba meses advirtiendo que las cifras se iban incrementando”.
El exdecano de Esade Robert Tornabell hace suya la frase del economista estadounidense Robert Solow (y Nobel de Economía en 1987) quien señaló hace unos meses en Madrid: “Un país sabe cuándo empieza a endeudarse, pero no hasta dónde llegará la espiral del endeudamiento”. Precisamente, enfa- tiza, “esto es lo que le ocurre a España en estos momentos”.
Tanto Bernal como Tornabell coinciden en que las preferibles políticas para evitar ese endeudamiento son “mejorar la recaudación en proporción al gasto”. Según Tornabell, “la campaña de reducir los impuestos, tanto en IRPF, como en sociedades, que activó el PP antes de las elecciones, está contribuyendo a incrementar el endeudamiento”. Este experto recuerda, además, que “Bruselas ya condonó la multa a España, que representaba un 0,2% del PIB, con el objetivo de dar dos años de plazo para alcanzar el porcentaje exigido”. En su opinión , “las empresas sí están mejorando resultados, flujos de caja y reduciendo el apalancamiento, al mismo tiempo que reducen su carga financiera con los tipos negativos”. Contrariamente, indica que “el Gobierno central, pese a financiarse en el mercado a tipos muy favorables, incluso cobrando, no le sirve de mucho porque el déficit público le exige más deuda como consecuencia de la reducción de impuestos que se hizo con carácter puramente electoralista”.
Para José Ramón Pi, profesor de economía del Iese, “la solución pasa por reducir el gasto, lo que se traduce en más recortes; así como en incrementar el PIB (puesto que el denominador también influye), lo que se traduce en crear más puestos de trabajo”. Para ello, en su opinión, “hay que mantener y profundizar en la reforma laboral”.
A juicio de Pi, pese a que las cifras son altas, “la prima de riesgo está en 100, lo que significa que los inversores confían en la solvencia de España. Y los tipos negativos, dentro de la gravedad, no ponen la situación tan complicada”. Sólo añade un matiz. “habría que aprovechar ese dinero para realizar inversiones productivas y que crezca el PIB, pero se está usando para hacer frente a gastos corrientes. Y ese es el problema”.
SOLUCIÓN Los economistas sostienen que hacen falta medidas de forma urgente PARADOJA En el contexto de tipos negativos, el Gobierno debe incrementar la inversión, no el gasto