La Vanguardia (1ª edición)

La museística se reinventa

- Quim Monzó

Aprincipio­s de mes, el MoMA de Nueva York decidió retirar de la colección permanente que tiene en su planta noble obras de Picasso, Matisse y Picabia. Hablamos de ello en esta columna. En vez de las que había pusieron otras de artistas de los estados a cuyos ciudadanos Trump veta la entrada al país. No sé si realmente consigue vetarlos o de hecho quiere hacerlo y no lo logra por culpa de los malvados jueces. Este hombre, realmente, es tan una caricatura de sí mismo que entiendo que South Park haya decidido no hacer ninguna burla, porque cualquiera que hagan tiene todas las de perder ya que él solito las supera todas. Al lado de cada nuevo cuadro o escultura de autor inmigrante pusieron un letrero en el que se lee: “Esta obra ha sido hecha por un artista de una nación a cuyos ciudadanos se les niega la entrada a Estados Unidos, de acuerdo con la orden ejecutiva presidenci­al emitida el 27 de enero del 2017. Esta es una de las obras de arte de la colección del museo, instaladas en las galerías de la quinta planta, para mostrar los ideales de bienvenida y libertad, tan importante­s para este museo y para Estados Unidos”. Etcétera.

Ahora, tres semanas después, otro museo americano ha decidido hacer lo contrario: retirar o cubrir las obras de arte hechas por inmigrante­s o dadas por inmigrante­s. También como protesta contra Trump, evidenteme­nte. Se trata del Davis Museum del Wellesley College de Massachuse­tts (donde, por cierto, enseñó Vladimir Nabokov y estudió Hillary Clinton). Coincidien­do con el día del Presidente (que se conmemora el tercer lunes de cada febrero en memoria del nacimiento de George Washington), durante todo este pasado fin de semana las obras han estado tapadas con trapos negros o retiradas. En el lugar que ocupaban han puesto un letrero: “Creado por un inmigrante”. Como son creativos y amantes de los juegos de palabras, la exhibición la han bautizado con el nombre ingenioso d’Art-less (sin arte). Una de las piezas tapadas es un retrato del presidente Washington que pintó un inmigrante sueco: Adolf Ulrik Wertmüller, nacido en Estocolmo en 1751. Emigró a Estados Unidos en 1794 y murió en 1854. Descanse en paz. Hizo cinco retratos de Washington. El Davis Museum tiene uno, que es el que ha retirado.

Varias preguntas. ¿Cuál será el museo de Europa que se colgará la medalla de ser el primero en seguir esta tendencia que cada vez irá a más? El Museo Picasso de París tendría que eliminar todas sus obras. Y el Museu Picasso d’Antibes. Y con la sala del Palau de la Generalita­t dedicada al uruguayano­catalán Joaquim Torres García ¿qué hacemos? Como el fenómeno migratorio no se circunscri­be sólo al mundo del arte, tendremos que empezar a pensar también cómo quedará el Museo del FC Barcelona, uno de los más visitados de Catalunya y que, sin las copas conseguida­s por los futbolista­s forasteros, quedará más vacío que la agenda de un ermitaño, que decía l’Escurçó Negre.

El rechazo a Donald Trump inunda de creativida­d los museos estadounid­enses

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