Ignacio Sánchez Galán
PRESIDENTE DE IBERDROLA
Iberdrola tuvo un beneficio neto de 2.705 millones de euros en el 2016, un 11,7% más que en el año anterior, gracias a su crecimiento en Estados Unidos. En ese periodo la eléctrica invirtió 4.264 millones de euros, un 32% más.
Los resultados del 2016 han llevado a Iberdrola a modificar al alza sus previsiones para el periodo 2016-2020. El crecimiento, que se había fijado en el 6% anual, se ha elevado al 7,5%, según informó ayer a la CNMV. Así, las ganancias se situarían al final de este ciclo en el entorno de los 3.500 millones de euros, prácticamente un 30% más que en el ejercicio pasado, que se saldó con 2.705 millones, un 11,7% más que en el 2015. El plan para estos próximos años incluye inversiones por valor de 25.000 millones. La potencia instalada aumentará en 8.200 megavatios, 1.300 millones más que la cifra anunciada hace un año, para quedar en 50.550 megavatios, de los que 29.650 serán renovables o hidroeléctricos.
La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán distribuirá, hasta el 2020, entre el 65% y el 75% de sus beneficios entre los accionistas. Así, con las nuevas previsiones, el dividendo se incrementará de manera progresiva hasta situarse ese año entre 0,37 y y 0,40 euros por título, entre un 20% y un 30% más que los 0,31 euros de remuneración prevista a cargo del 2016, que a su vez supone un 11% más que el año anterior. Esta propuesta deberá ser aprobada en la junta de accionistas que celebrará en Bilbao el 31 de marzo.
Por el contrario, la cifra de negocio del 2016 se redujo un 7%, hasta 29.215,4 millones, pero el beneficio bruto de explotación (ebitda), se incrementó un 5,5% hasta 7.807,7 millones. El negocio de redes registró un ebitda de 4.081,7 millones, un 12,5 % más que en el 2015, y unas ventas de 8.806,7 millones (+11,4%). En el negocio de generación y clientes, el ebitda cayó un 3%, hasta 2.253,3 millones y las ventas se redujeron un 13,4 % hasta 18.723 millones. La actividad de renovables, recortó su ebitda un 8,9 %,hasta 1.500,2 millones, y las ventas un 14 % hasta 2.399,6 millones.
Este crecimiento de las ganancias pese al descenso de las ventas se debe a la buena evolución del negocio en Estados Unidos, que repuntó un 53%. También han influido la mejora operativa y del resultado financiero y las menores provisiones por el cierre de la central térmica de carbón de Logannet (Escocia). Esta evolución al alza ha sido posible a pesar del impacto sufrido por la evolución de las divisas de referencia del grupo respecto al 2015. Así, la devaluación de la libra esterlina y el real brasileño no se vieron compensadas por el dólar, que apenas varió en el pasado ejercicio.
Las inversiones se elevaron en el 2016 un 32,3%, hasta 4.264,3 millones. El 90% de esta cantidad se destinó a negocios regulados o con contratos a largo plazo y un 61% a crecimiento. La deuda financiera neta se situó a cierre del 2016 en 29.414 millones, 1.347 millones más que un año antes, como consecuencia de la anticipación de inversiones en renovables y de extraordinarios.