La Vanguardia (1ª edición)

Un español separado mata a sus dos hijos pequeños en Alemania

- María-Paz López

Dos muertes infantiles se han sumado al terrible recuento de violencia machista de España, aunque el crimen fue cometido en Alemania. Un ciudadano español, identifica­do como Sergio Oliva, sevillano de 38 años, fue detenido el sábado por la noche en Alemania por la muerte violenta de sus dos hijos, de 4 y 5 años, con tal acumulació­n de pruebas en su contra que la Fiscalía decretó prisión preventiva. Oliva, separado de su mujer, de 34 años y nacionalid­ad rusa, se había instalado en la localidad de Vaihingen an der Enz –land de BadenWürtt­emberg, en el sudoeste del país– con ella y los niños, nacidos en Sevilla, a finales del 2015. Pero a los pocos meses la pareja se separó. Los dos hermanos, Miguel Ángel, de 5 años, y Leonardo, de 4, fueron golpeados en la cabeza con un objeto contundent­e, y sufrieron “profundas cuchillada­s” en el pecho, posiblemen­te con un cuchillo de cocina, según las autopsias, explicó a Efe un portavoz policial de Ludwigsbur­g. La mortal agresión se produjo entre el pasado viernes por la noche y el sábado por la tarde en la vivienda de Sergio Oliva. El presunto parricida recogió a sus dos hijos de la guardería el viernes por la tarde pues, por decisión judicial, le correspond­ía tenerlos en fin de semana. A su exmujer, Yulia Lantukh, le extrañó, porque siempre era ella quien los recogía y los llevaba en coche a la casa de él, según informa Diario de Sevilla, que ha podido hablar con amigos andaluces de la pareja, con quienes ella se comunicó tras lo sucedido. Yulia telefoneó varias veces a Sergio, y finalmente se presentó en la casa el sábado por la noche, donde le encontró ensangrent­ado –los servicios médicos afirman que se autolesion­ó– y vio a uno de sus hijos muerto. Sergio Oliva, que no tiene antecedent­es policiales en Alemania, se ha negado a declarar, pero en un primer momento dijo que él y sus hijos habían sido atacados en casa por delincuent­es. Según Diario de Sevilla, Lantukh temía que su expareja, Juan Sergio Oliva Gómez, agrediera a los niños, pues en una ocasión, durante los trámites de separación, la había amenazado con hacer lo mismo que José Bretón, el hombre separado de su esposa que en el 2011 asesinó y calcinó en Córdoba a los hijos de ambos, Ruth, de 6 años, y José, de 2, cuando los tenía en casa pasando el fin de semana. (Bretón está condenado a 25 años de cárcel.) La madre de los niños asesinados está hospitaliz­ada y bajo atención psicológic­a. Los servicios sociales de la localidad conocían a la familia debido al proceso de separación de los progenitor­es, pero la policía declaró a Efe que no había tenido constancia de conductas violentas por parte del padre. Yulia Lantukh había aprendido alemán, y había encontrado empleo en una fábrica de la zona, pero no está claro si el sospechoso del crimen trabajaba en la actualidad. /

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