Comprado a los evangélicos chinos
Jordi Hereu anunció hace seis años la compra del Arnau a la Iglesia Evangélica china por dos millones. Los últimos propietarios lo habían adquirido en el 2006 para que fuera centro de culto, pero no lograron el permiso. Antes estuvo a punto de ser un geriátrico y en el 2005 el Ayuntamiento se planteó su derribo.