Entrevista a Margherita Missoni, hija de la directora de la firma de moda
Margherita Maccapani Missoni, hija de Angela, la directora creativa de la firma italiana
Missoni es sinónimo de moda, del estampado de zigzag y de una saga familiar del norte de Italia. Angela, la hija de Rosita y Octavio, los fundadores de la firma, es desde hace 20 años la directora creativa y la 080 ha querido premiarla con el Fashion Tribute. En su nombre lo recogió ayer su hija Margherita (34) de manos del conseller de Empresa i Coneixement, Jordi Baiget. La joven Missoni protagonizó un diálogo sobre su familia con Lisa LovattSmith, ex directora de la edición británica de Vogue y que ahora vive volcada en su oenegé OÁfrica en Ghana. Antes, Margherita charló con La Vanguardia.
Habla muy bien castellano. Viví en Barcelona seis meses, cuando tenía 18 años, porque en Milán, donde estudiaba Filosofía, me robaron el coche con todos mis apuntes y mis trabajos y no puede examinarme. Para cambiar, mi madre me propuso viajar a Barcelona, donde tenía amigos, y aprender castellano.
¿Por qué Filosofía y no diseño? Desde pequeña he vivido la moda y siempre me era difícil diferenciar entre familia y empresa y comprender quien era yo como individuo y no como una parte de todo aquello. Sentía la necesidad de distanciarme y afortunadamente en mi familia siempre se nos ha dado libertad para hacer lo que quisiéramos.
¿Se graduó? No. Era muy buena estudiante y mis profesores me animaron a ir a la Universidad de Columbia, en Nueva York. Pero el sistema de vida americano era estresante y lo dejé. Empecé a estudiar arte dramático allí porque quería ser actriz. Pero no me adapté al ritmo que se llevaba. Volví a Europa, a París y luego a Roma, donde me di cuenta que no me gustaba estar encerrada en un teatro concentrada en hacer un retrato
psicológico de un personaje...
Y volvió a la familia... Si, mi madre me propuso regresar y trabajar en la firma familiar, pero al margen de la colección principal. Me dediqué al calzado, los accesorios y la línea infantil.
Hasta que decide dejar Missoni
y crear su firma para niños. Cuando me casé y tuve a mis dos hijos, Otto y Augusto, me di cuenta que la ambición ya no era una prioridad sino que quería tener más calidad de vida. He visto que es difícil trabajar en familia. Mi madre ha dedicado toda su vida a la empresa y es
increíble lo que ha logrado, pero ha dejado de lado sus pasiones, sus hobbys, y yo no quiero hacerlo. Ahora veo a mi familia por placer.
Su firma se llama Margherita. Sí, porque es mi nombre y es una flor sencilla y que está en todas partes. Mi ropa está en un segmento intermedio de precio de 30 a 80 euros. No tiene nada que ver con la línea infantil de Missoni porque no quiero hacerle competencia.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia en su familia? Era muy afortunada, mi madre nos dio una educación muy libre a mí y a mis hermanos, nos dejaba elegir y esta filosofía la he trasladado a mi marca. Todas las prendas se pueden combinar, para que el niño vaya a su armario y elija según su criterio.
Se le considera un icono del boho-chic, ¿pero cómo define su estilo? Se me hace muy extraño tener que definirme. Las mujeres de mi familia somos de épocas diferentes, pero compartimos el mismo estilo de vida, que es la base de Missoni, una manera relajada de ser elegante. Y nunca intentando destacar demasiado. Cuando mi madre se hizo cargo de la firma, la reinventó y yo a los 18 me ponía sus cosas y empezaron a definirme como boho-chic, pero en realidad era de mi madre.
¿Qué ha significado su madre, Angela Missoni, para la marca? Antes de que se hiciera cargo, a Missoni se la veía como una marca clásica, pero ella fue capaz de cambiar la tendencia, en primer lugar con las campañas publicitarias. Cuando mis amigas empezaron a pedirme descuentos se dio cuenta de que algo estaba cambiando. Fue una emprendedora y estaba interesada en lo que se lleva por la calle porque la moda tiene que verse.
¿La moda es frívola? En mi familia estamos muy agradecidos a la moda porque nos lo ha dado todo, pero no hay que tomarla en serio. Para mis abuelos, para mi madre y para mí ,la moda es una pasión, pero en nuestra mesa además de personas de la moda se sentaban también artistas, escritores, periodistas, porque mi familia siempre ha tenido interés por otras cosas.
Habla siempre de su madre, pero usted reivindica su apellido paterno Maccapani. Mis padres se separaron cuando yo tenía siete años. Cuando alcancé la mayoría de edad y la gente me conocía, me identificaban como Missoni y me pareció una falta de respeto que se olvidaran de mi apellido paterno. Mi padre vive el momento, le da prioridad al presente y no al mañana y es lo que me ha enseñado.