Decepción mayúscula
El colista asalta el Palau y el Barcelona vuelve a dar una imagen negativa
La importancia de perder dos partidos en casa cuando tan sólo se han disputado seis es enorme en una competición tan dura como la Euroliga. Las derrotas ante el Zalgiris y ayer frente al Anadolu Efes, que era el colista del torneo, sitúan al Barcelona Lassa en una situación complicada cuando el torneo apenas ha comenzado. Los blaugrana, además, no han sido capaces de aprovechar un calendario que les era favorable en el inicio, con cuatro encuentros ante sus aficionados, de los cuales sólo han ganado dos, curiosamente contra los adversarios más cualificados, el Panathinaikos y el Olympiacos.
La decepción de ayer sitúa de nuevo al equipo de Sito Alonso en terreno resbaladizo cuando daba la sensación de que había frenado la dinámica muy negativa de las cinco derrotas consecutivas. Los nervios atenazaron otra vez al equipo blaugrana, incapaz de remontar un marcador que antes de los cinco minutos ya tenía en contra (9-12). Pese a que no había estrenado el casillero de victorias, los conjuntos de Velimir Perasovic nunca son fáciles. El Anadolu Efes llegó a la cita como el cuarto mejor reboteador y demostró su poderío en el primer cuarto, cuando mandó claramente bajo los tableros (11-19, 7 de Dunston). Por culpa de esto, y de su anarquía, los barcelonistas fueron a remolque casi siempre, con el desgaste que esto supone.
Aunque Seraphin empezó muy bien (8 p en el primer cuarto), los blaugrana se vieron muy pronto superados por el Efes. Ledo (15 p en 20 m) encontró muchos huecos en la débil defensa catalana y Stimac se movió muy bien en la zona. Cuando Sito Alonso pidió un tiempo (11-19) no encontró soluciones y los recambios tampoco funcionaron de inicio, en parte porque Pressey no fue el revulsivo de los dos últimos encuentros. Pero no sólo él. Tampoco Tomic, Claver, Sanders, Moerman o Ribas –este titular– aportaron minutos de calidad y la diferencia de once (23-34) se mantuvo hasta que llegaron los ocho puntos seguidos de Koponen y unos buenos minutos de Heurtel, que se había convertido en imprescindible. Demasiado errático en el tiro exterior (3/12 triples en el primer cuarto), el Barcelona debía remontar desde la defensa, ayudado por un Palau entusiasta que no dejó de recordar a los políticos encarcelados. Sin embargo, no lo logró. A menudo se acercó (3540, 41-45, 48-52 y 55-59), pero después llegó un parcial de 0-8 aún en el tercer cuarto que no tuvo réplica. La desventaja creció hasta el 61-76 con McCollum de protagonista con 16 puntos después del descanso y Stimac siguiéndole con otros 11.
Sin tiempo para lamentaciones, el Real Madrid, que perdió en Tel Aviv, espera al Barça el domingo en el WiZink Center.