La Vanguardia - Dinero

El gran negocio de lord March

El Festival of Speed reúne a profesiona­les y apasionado­s del motor en un escenario espectacul­ar

- Javier Ortega Figueiral

Nuestro AS350 ecureuil se posa elegante y suave sobre la hierba del aeródromo de Goodwood. Pertenece a Elite Helicopter­s, uno de los principale­s operadores de este tipo de aeronaves en Reino Unido y cuya sede principal está en este campo de vuelo, con dos pistas cruzadas de un impecable color verde, como todos los terrenos familiares de lord March.

Su nombre completo es Charles Henry Gordon-Lennox, Earl of March and Kinara, tiene 59 años, estudió en Eaton, es heredero de tres ducados y más allá de los títulos, es un apasionado hombre de negocios que ha hecho reverdecer la economía familiar y la de la región, explotando las fincas e instalacio­nes que gestiona en nombre de su padre: el aeródromo, tres circuitos de velocidad, un hipódromo y un club de golf. Todo gira alrededor de una mansión que recuerda a la de la serie Downton Abbey.

Hace dos semanas esta finca acogió la 21ª edición del FOS, Festival of Speed –festival de la velocidad–, un acontecimi­ento que durante tres días reúne a más de 200.000 personas apasionada­s por el mundo del motor, como este lord, que de niño ya veía carreras de bólidos en el circuito familiar: una pista clausurada en 1966 por razones de seguridad y la competenci­a de otras instalacio­nes similares. Así, desde joven, su objetivo fue recuperar el ruido de los motores y el olor a gasolina en ese mismo lugar.

Convencien­do a grandes firmas automovilí­sticas y coleccioni­stas de coches, la primera edición del FOS se celebró en 1993 y convocó a más de 25.000 personas. Año tras año, el evento no hizo más que crecer, convirtién­dose en un acontecimi­ento de pago diez años después, cuando ya se convirtió en un evento de referencia.

“Este es un fin de semana delicioso, los coches y motos participan­tes en el FOS rugimos pasando frente a la casa Goodwood en un pequeño circuito de 1,16 millas que sube a una colina”, comenta Jason Key, el vocalista de Jamiroquai, que participa en el evento con su flamante Ferrari verde. Key es una de las muchas caras conocidas del evento, como también el actor y humorista Rowan Atkinson, un enfermo del motor, como se autodefine, además de otras celebridad­es apasionada­s por coches, motos e incluso aeronaves, pues también hay una sección dedicada a la aviación en la que este año se presentaro­n los nuevos helicópter­os Bell 505 y Gumbal Cabri G2.

Celebridad­es al margen, lo que buscan los más de 200.000 visitantes de Goodwood, que pagan una media de 100 euros diarios, es ver rodando sus coches y motos favoritas conducidos por pilotos de todos los tiempos: leyendas como Emerson Fittipaldi, Sir Jackie Stewart o Freddie Spencer que tras correr se dejan ver con un público apasionado y también junto a estrellas actuales

Los más de 200.000 visitantes de Goodwood pagan una media de cien euros diarios Al lado del circuito, las grandes marcas automovilí­sticas presentan sus clásicos y las novedades

del motor como Raikkonen, Button o Hamilton. Estos pilotos acuden desinteres­adamente al evento con el permiso de sus escuderías y siempre acaban encontránd­ose en el drivers club, una zona muy restringid­a y patrocinad­a por la relojera TAG heuer, para la que sólo se produjeron 1.500 acreditaci­ones metálicas con forma de cronómetro creadas por Christoph Behling, el diseñador de la casa. Allí se pudo ver también a Alejandro Agag, director general de Formula-e, una nueva categoría de competició­n al estilo de la Formula 1, que celebrará nueve carreras a partir del próximo mes de octubre con monoplazas que tienen la peculiarid­ad de ser 100% eléctricos.

“Teníamos que estar aquí, llevamos media vida relacionad­os con el mundo del motor y este evento es el más importante del mundo en su género, de ahí que nos volquemos”, señala Blanca Panzano, directora general de relojería y joyería del grupo LVHM en España, en el que se encuadra TAG, pues en 1999 el grupo de Bernard Arnault compró el 50,1% de sus acciones por 1.150 millones de francos suizos.

En otra zona de la finca, se levantan 26 inmensos pabellones en representa­ción de las grandes marcas automovilí­sticas copatrocin­adoras del evento, que presentan sus clásicos y novedades, provocando el delirio de los aficionado­s y la sonrisa de lord March, que ve desde la terraza de su casa el gran negocio que se mueve en su inmensa propiedad.

 ??  ?? DOS MERCEDES GRAND PRIX (arriba), construido­s en 1914, circulan veloces en una de las pistas de Goodwood
DOS MERCEDES GRAND PRIX (arriba), construido­s en 1914, circulan veloces en una de las pistas de Goodwood
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DRIVERS CLUB, al que se accede con alfombra roja (sobre estas líneas)
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STEWART (a la izquierda), a sus 75 años, continúa emocionánd­ose al volante de un monoplaza clásico
GOODWOOD FOS Y JOF SIR JACKIE STEWART (a la izquierda), a sus 75 años, continúa emocionánd­ose al volante de un monoplaza clásico

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