La Vanguardia - Dinero

Un megavatio de potencia

- Albert Boet

Si convertimo­s un megavatio, un millón de vatios, a potencia nos da la extraordin­aria cifra de 1.340 cv. Ya tenemos una cifra de las dos que dan nombre al nuevo Koenigsegg. Si ponemos al nuevo modelo sueco en la báscula el fiel marca 1.340 kilogramos. Este es el segundo dígito del One:1. Un cv por kilo de peso, el santo grial de todo fabricante de súper deportivo. El motor de V8 de cinco litros con doble turbo compresor ofrece la potencia anteriorme­nte comentada desde las 2.500 rpm hasta la zona roja que está situada en las 7.500 rpm.

Hace una semana, durante el Goodwood Festival of Speed, el Koenigsegg One:1 hacía su debut dinámico después de que se empezara a hablar de él hace más de dos años. Estuvo en China, en el Beijing Motor Show y en el re- ciente Salón de Ginebra, pero su sonido no se desveló hasta la semana pasada, cuando afrontaba la subida en cuesta de Goodwood House junto a otros jóvenes súper deportivos como el Porsche 918, LaFerrari o McLaren P1.

El nuevo Koenigsegg One:1 tiene todos los números para convertirs­e en el rey de los coches de su categoría y precisamen­te no sólo por los números, de los que es un gran amante Christian von Koenigsegg, el fundador de la marca hace ahora 22 años. Probableme­nte rompa todos los registros actuales de un coche de producción, en cuanto a potencia, velocidad punta y aceleració­n, también en cuanto a precio, pero detrás de este nuevo miembro de la élite de los súper deportivos hay una innovadora técnica a la hora de fabricar algunos de los componente­s del coche. Y aquí entra el tema de la cantidad de unidades previstas de este coche, ahora sí que podemos decir exclusivo. En Goodwood los espectador­es pueden ser considerad­os afortunado­s, ya que vieron una unidad del One:1 de las seis que se van a fabricar. Los cinco siguientes ya están vendidos, a un precio estimado de 1.800.000 euros. Y es este número reducido de unidades lo que le ha permitido a la marca producir componente­s, como el turbo de geometría variable, imprimiénd­olo en 3D. Y el escape, realizado en titanio, también sale de una impresora digital. Se trata de la pieza construida en 3DP más larga jamás realizada y que implica tres días de impresión.

El nuevo One:1, basado en el anterior Agera, ha conseguido reducir el peso a base de la utilizació­n, en la mayoría de sus componente­s, de materiales ligeros como la fibra de carbono. Sólo un detalle que permite comprender la obsesión por obtener la cifra mágica. Los parasoles interiores también son de fibra de carbono lo que permite ahorrar cien gramos en cada uno. Cada pieza suma.

Todo para conseguir reducir un 20% el peso del anterior Koenigsegg Agera. La lucha contra el peso ha llevado a la marca sueca a diseñar incluso unos muelles de amortiguad­ores de fibra de carbono.

Otro de los puntos vitales de este modelo es la aerodinámi­ca. La aplicación de conceptos de aerodinámi­ca activa permite al One:1 optimizar cualquier situación de conducción y lograr que se puedan afrontar curvas con fuerzas de 2G y que a partir de los 250 Km/h se consiga una atracción al suelo de 480 kilogramos.

Es probable que la velocidad punta estimada del nuevo One:1, 440 Km/h, supere a la del mítico Bugatti Veyron, pero este sí que es un número que no es prioritari­o para Christian von Koenigsegg, ya que lo que vende es un buen súper deportivo para rodar por carretera.

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