Los desempleados como actores profesionales
Los candidatos deben ensayar el papel que harán durante las entrevistas
La búsqueda de empleo debe ser un trabajo en sí mismo. Esta es una certeza ampliamente compartida, que pretende convencer a los parados de que, en lugar de esperar las oportunidades, deben intentar alcanzar sus objetivos de una forma constante, activa e insistente. Pero no todo el mundo sabe cómo hacer esa tarea ni cómo conseguir los resultados pretendidos, porque se trata de una actividad de la que hay que conocer sus reglas.
Según el estudio “Seeking a role: disciplining jobseekers as actors in the labour market”, publicado en Work, employment
and society 2016, vol. 30 (2) y realizado por el investigador de la Universidad de Watford Tom Boland, las recomendaciones más habituales de los especia- listas anglosajones para tener éxito en ese proceso están muy relacionadas con la adquisición de los hábitos y de las actitudes propias de la profesión actoral.
REPRESENTAR UN PAPEL
La búsqueda de empleo se debe hacer gestionando las experiencias y las emociones negativas. Lo principal es saber manejar los sentimientos, y los expertos británicos insisten en un truco que debería aplicarse siempre. “Como no todo el mundo sabe venderse, lo esencial es imaginar que se está vendiendo un producto o servicio a los demás, y luego aplicarse esas mismas reglas a uno mismo. Es una situación muy similar: una persona que no nos conoce debe confiar en nosotros y en lo que le contamos”.
Antes de la entrevista, pero fundamentalmente durante ella, el optante debe subrayar que posee una diferencia, algo que le aleja de los competidores y que le hace preferible a ellos: “El proceso de selección es como un ritual de cortejo, y hay reglas a tener en cuenta [...] Al igual que el aperitivo en el restaurante, el CV es sólo el motor de arranque, no es la comida en sí misma”.
El desempleado debe revestirse de serenidad. Para ello, “debe respirar profundamente, confiar en sus posibilidades y sorprender a todo el mundo con un fuerte apretón de manos, una sonrisa genuina y mucho contacto visual”. Es crucial concentrarse en los elementos positivos, lo que incluye la superación de los sentimientos negativos que siempre lleva asociados el estar en situación de desempleo, y los términos a los que se recurra en la conversación deben responder a ese propósito, incluyendo algunos como negociación o gestión, de forma que el lenguaje exprese esa actitud proactiva y de confianza que resulta imprescindible. Por supuesto, hay que ir vestido para la ocasión, y mostrar el lenguaje corporal adecuado ayudará.
HABILIDADES
Su diferencia, además, debe hacerse valer también en las cualidades profesionales. Según las recomendaciones de las empresas británicas de recolocación de desempleados, “la persona que es hábil y que acude bien preparada, es capaz de manipular una entrevista para llevarla a los terrenos en los que tiene ventajas y en los que puede mostrar sus bazas más útiles”. No se trata de que se utilice el engaño, sino de que favorezca las cualidades que pueden encajar mejor en el puesto, y para eso termina siendo necesario un trabajo de adecuación al papel que se debe representar.
Según Boland, las instrucciones que reciben los desempleados para regresar al mercado laboral se encuadran en las recomendaciones estándar que reciben los actores profesionales. El manejo del contexto, el dominio de las emociones, el ofrecer una buen presentación de sí, la canalización de la personalidad para generar una impresión positiva y la creación de un espectáculo que convenza a la audiencia (a los contratadores, en este caso) son elementos típicos que se precisan para una buena actuación.
El candidato tiene que saber gestionar las experiencias y emociones negativas “Hay que imaginar que se vende un producto y aplicarse las mismas reglas a uno mismo” El lenguaje empleado debe expresar una actitud proactiva y de confianza