Los retos de Europa
Tras la victoria de Trump la renta variable americana ha alcanzado sus máximos históricos. Los inversores han valorado favorablemente la posibilidad de que la nueva administración implemente un programa de estímulo fiscal que tenga efectos positivos sobre el crecimiento y la inflación. También aplauden la propuesta de aplicar un impuesto reducido a la repatriación de beneficios obtenidos por las multinacionales americanas en el extranjero. Esta medida, aparte el objetivo recaudatorio, tiene el propósito de estimular la inversión en la economía real. No obstante, las compañías que se acogieron a la repatriación de fondos del 2004 en el mandato de G. Bush, lejos de dirigirlos a la inversión real, dedicaron la mayor parte a la recompra de acciones propias. De ahí que un reciente informe de Goldman Sachs afirme que de los 220.000 millones de dólares que se estima repatríen en el 2017 las empresas del S&P 500, el 75% se destinen a la recompra de acciones. Como siempre el mercado se anticipa.
En Europa los datos macroeconómicos publicados siguen siendo consistentes. Los beneficios empresariales empiezan a revisarse al alza, pero las bolsas están estancadas y se han visto penalizadas por los acontecimientos políticos que se sucederán a partir del próximo mes. La eurozona se enfrenta a una serie de retos que, ante el auge de los movimientos populistas, si no tienen el desenlace adecuado, puedan amenazar su continuidad. El primero es el referéndum italiano del próximo domingo. Si Renzi pierde se podría poner en duda la integración de Italia en la eurozona. Pero es que este mismo día se vota la presidencia de Austria entre un candidato anti y otro proeuropeo. El 15 de marzo, elecciones en Holanda, en mayo las francesas, y por último, las alemanas. En Europa están pesando más los factores de riesgo político.