El grupo español que marca la hora
Miguel Rodríguez fundó la compañía en 1980 tras iniciarse en el sector casi por casualidad: un amigo le pidió que le trajera un reloj de Ginebra
Pocos conocen la grandeza del Grupo Festina. Pero este conglomerado relojero fundado en 1980 por Miguel Rodríguez, que tiene su sede corporativa en Madrid y su centro logístico en Barcelona, es uno de los líderes del mundo del sector. Actualmente fabrica cinco marcas para el mercado general (Festina, Lotus, Jaguar, Candino y Calypso) y dos marcas de joyería (Lotus Style y Lotus Silver).
El Grupo Festina, que disfruta de los beneficios de disponer de sus propias instalaciones de fabricación equipadas con las últimas tecnologías en España, Suiza y Francia, fabrica también sus componentes y mecanismos de precisión en plantas adquiridas en Suiza y Francia (Soprod, e Imm Ineltec) para salvaguardar los estándares de calidad y el control de los costes de producción para poder asegurar precios competitivos.
Con 7 sucursales en Francia, Suiza, Benelux, Italia, Alemania, la República Checa-Polonia y Chile, los productos del Grupo Festina se venden en 91 mercados de todo el mundo a través de 15.000 puntos de venta, gracias a una red de distribución en constante crecimiento en los cinco continentes. La compañía, que en 2015 alcanzó unas ventas totales por valor de 250 millones de euros (supone un crecimiento respecto al 2014 del 11%), exporta principalmente a Europa, Estados Unidos y Sudamérica.
Todo comenzó en 1980. Y es una historia cuyo guión parece sacado de una película. El fundador del grupo, cuando todavía era muy joven, dejó su pueblecito de Andalucía para viajar a Barcelona y desde ahí a Suiza. Sucedió en 1968 y tal como cuenta él mismo, Miguel Rodríguez “tenía un billete de tren y cuatrocientas pesetas en el bolsillo, y no sabía ni una palabra de francés”. Nueve años más tarde, en 1977 regresó a España con el encargo de un amigo. Le pedía un reloj suizo. Se acercó a un joyero de Ginebra y le pidió 150 francos por la pieza escogida, pero, puesto que Rodríguez no tenía ese dinero, le convenció para que se lo dejara en 80. Cuando llegó a Barcelona un banquero se enamoró de ese reloj y le pagó los 150 que realmente valía. Lo bueno fue que solo dos días después, ese mismo banquero le llamó porque quería más relojes, así que no lo dudó. Cogió el tren hacia Ginebra, volvió avisitar al joyero yle compró otros 15. Pero el banquero quería más y más... de modo que en las siguientes siete semanas, estuvo realizando viajes entre Barcelona y Ginebra y ganó más que en todo un año de trabajo.
Con eso abrió una tienda en Barcelona asociado con el joyero suizo. En 1984 se hizo cargo de la distribución de la marca Lotus para convertirse en el líder del mercado en España; cuatro años más tarde adquirió la marca Festina, fundada en Suiza en 1902, y en el 89, añadió la marca Jaguar al grupo.
En 1985, Lotus lanzó su primer reloj con fase lunar, que recibió una gran acogida, también gracias a unos precios muycompetitivos. Y en 1995 Festina lanzó su reloj de titanio que causó sensación. Las novedades permitieron la expansión del grupo, que a partir de 2002 impulsó renovaciones y adquisiciones estratégicas de empresas manufactureras de componentes y mecanismos de precisión que le han hecho independiente en todas sus fases de producción.