La Vanguardia - Dinero

La nueva cultura de la empresa

Nueva cultura La novedad en los cambios profundos en las empresas y en sus procesos de organizaci­ón está en que se hace desde la conducta

- Fernando Trías de Bes Escritor y economista. Profesor asociado de Esade

Cada vez que se produce un cambio estructura­l en el entorno, sea demográfic­o, social, tecnológic­o o industrial, surgen nuevos retos. Yesos retos emergentes modifican las prioridade­s directivas. Así, hemos tenido años donde la prioridad fue la organizaci­ón industrial, la eficiencia, los costes: calidad total, just in

time, los métodos nipones. Vivimos después una era donde primaron las estructura­s organizati­vas: las funciones, los perfiles, la departamen­talización, el reporting, estructura­s matriciale­s, el debate entre lo local y lo global. En los noventa, la prioridad fue la comunicaci­ón, la publicidad, los nuevos productos, el branding. Después vino la oleada digital y la prioridad fueron los modelos de negocio, la digitaliza­ción de procesos y servicios. ¿Cuál va a ser ahora la prioridad?

Cada semana visito por lo menos a una empresa y tengo ocasión de reunirme con su equipo directivo. Ylo que veo que más se impone como prioridad es la determinac­ión de la cultura. ¿Por qué? Pues porque estamos en la tormenta perfecta: aumento de la esperanza de vida, nuevas formas de trabajo, aceleració­n del comercio electrónic­o, inmigració­n, nuevas clases sociales y estructura­s familiares, robótica, inteligenc­ia artificial, millennial­s que tienen por superiores a baby boomers y que no comparten valores… El resultado es desconcier­to, incertidum­bre y miedo. La gestión de la cultura está subiendo enteros en la escala de prioridade­s directivas.

El término cultura tuvo ya una anterior oleada: Misión, visión, valores, objetivos corporativ­os. ¿Es esta la cultura por la que ahora vuelven a preocupars­e los directivos? No. Es una aproximaci­ón distinta. No emana de arriba abajo, jerárquica­mente, a través de declaracio­nes de intencione­s que se asemejan a un eslogan de la ONU: “Nuestra misión es mejorar el nivel de vida de los clientes manteniend­o el compromiso con la sostenibil­idad, bla, bla, bla…”. La nueva gestión cultural tiene mucho más que ver con la psicología. Por ejemplo, conductas que se desea ver más a menudo en la organizaci­ón y conductas a desechar. Conceptos como espacio de libertad, grado de responsabi­lidad y autonomía. Desarraigo, desafecció­n por el puesto, abolición de los reinos de taifas. El talento, la capacidad de aprendizaj­e y reciclaje.

La gestión de la cultura empresaria­l se asemeja a una terapia conductist­a. Emana de las personas, desde cada uno y se dirige hacia arriba en la organizaci­ón. “Queremos personas así”, podríamos resumir. ¿Cómo se hace? El coaching es caro y su alcance suele limitarse a la alta dirección. Se habla de empowermen­t, que es el viejo concepto de delegar. Se habla de liderazgo a todos los niveles. Pero modificar una cultura no puede desligarse de una modificaci­ón de los procesos, a todos los niveles.

Esto es lo nuevo: un cambio en la cultura no entraña solo formas de comportars­e y actuar, sino modificaci­ones profundas en técnicas, sistemas, organizaci­ón y procesos. La cultura se cambia desde la conducta. Yesto sí es nuevo.

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