LA CAMISA DE ROMAIN PUÉRTOLAS
Ha sido azafato, limpiador de tragaperras, pinchadiscos, inspector de policía y ahora es un escritor que ha batido récords de ventas con su ópera prima
El 20 de agosto pasado, el inspector de policía Romain Puértolas no había vendido en Francia ni un solo libro de su opera prima –básicamente porque salía a la venta al día siguiente– y sin embargo ya había firmado los derechos para publicarla en 33 países. Sus editores no recordaban que eso no había sucedido nunca en la literatura francesa. Nueve meses después, Puértolas, un escritor vocacional al que antes le habían rechazado otros siete proyectos, es inspector en excedencia. La culpa es de Dhjamal Mekham Dooyeghas (pronunciado Llámame cuando llegues), el protagonista de El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea (Grijalbo/Rosa dels Vents), una novela ha arrasa-
EN OCHO MESES LAS AVENTURAS DEL FAQUIR SE HAN PUBLICADO EN 36 PAÍSES EL AUTOR TIENE SIETE OBRAS ANTERIORES RECHAZADAS POR LAS EDITORIALES
do en su país. El protagonista de la desternillante historia, que recuerda a El abuelo de cien años que saltó por la ventana, de Jonas Jonasson, se come clavos. El autor, un francoespañol que ha ejercido mil oficios (bueno, cuatro o cinco), ha dado en el clavo con una historia que sólo en Francia ha vendido casi 300.000 ejemplares (y no cuatro ni cinco) en estos meses. Los derechos para el cine ya están vendidos. “Yo ya me había dado por vencido, pero un día no llegó la carta en la que rechazaban una de mis novelas”, recuerda el autor que muestra una camisa muy especial: la que lleva los dos primeros episodios no de su historia, sino de “la novela que el faquir escribe a ciegas en la bodega de un vuelo dentro de un baúl Vuitton que pertenece a una actriz llamada Sophie Morceux (Sofía Mordiscos, trasunto de la actriz francesa Sophie Marceau)”. Como no tiene papel, pero sí un lápiz de Ikea, el rajastaní va escribiendo en su camisa blanca y eso le cambiará la vida igual que al autor le ha cambió la suya al escribir las peripecias del comeclavos-tragasables. Puértolas nació en Montpellier, pero ha vivido en muchos sitios, ha sido limpiador de tragaperras en Brighton, azafato en el aeropuerto de Barcelona y disc-jockey. En el 2009 se presentó a las oposiciones de inspector de policía en Francia y las aprobó. Su cometido todo ese tiempo fue “desmantelar las redes de inmigración ilegal”. De todos sus oficios se puede ver algo en El faquir…, una aventura hilarante que también tiene pasajes duros en los que se cuela la miseria y las tribulaciones de los inmigrantes que se juegan la vida más que nunca para llegar a Europa, un drama que está a la orden del día. ¿Qué fue de las primeras siete novelas que le rechazaron? “Ahí se quedan”, admite Puértolas, que ya tiene lista otra que saldrá el año que viene , mientras está “escribiendo cinco historias a la vez”. Hay que ser un poco faquir para eso, ¿no creen?
Picaresca La novela de Puértolas recoge no sólo experiencias propias de sus múltiples oficios sino que aúna, sin pretensiones, la tradición aventurera de las mejores historias de Jules Verne, al que el autor devoró de pequeño, y la picaresca española que siempre le ha enamorado de la mano del Quijote, del Lazarillo de Tormes y también de uno de sus favoritos, el barcelonés Eduardo Mendoza. Al escritor le interesa hacer reír en sus obras, algo de lo que buena parte de la literatura francesa rehúye.
INSPECTOR PUÉRTOLAS
“Es verdad que soy inspector”, dice el escritor francoespañol (lleva el apellido de su madre, y está casado con una granadina, Patricia Sierra, que ha cotraducido el libro). Y muestra su acreditación. Ahora está en excedencia. “Debo ser el único escritor policía al que no le gustan las novelas policiacas”.