Punto de partida
El verdadero pulso de las ciudades se siente siempre en sus mercados, y el de Sant’Ambrogio de Florencia es un buen ejemplo. Exhibiendo el clásico orgullo italiano por el producto local y el servicio atento, tras las vitrinas de sus paradas se vende el pane sciocco (sin levadura) o el tagli poveri, un corte de carne “de pobres” que provoca intensa salivación. Además, todos los comerciantes del barrio