“YO HUNDÍ UN PROGRAMA EN LA 2 POR BAJA AUDIENCIA”
CON JUANRA BONET, presentador de ‘Lo sabe, no lo sabe’ (Cuatro)
El catalán Juanra Bonet se pasea cada día por las calles de nuestro país buscando concursantes para Lo sabe, no lo sabe (LSNLS), el último fenómeno de Cuatro. Lo que tendría que haber sido un concurso veraniego es, sin duda, un éxito de audiencia. Y ese éxito tiene nombre propio: el de su presentador. Lo sabe, no lo sabe (LSNLS) tenía que haber sido un programa de verano. Estamos en enero. ¿Me lo explica? ¡No me había dado cuenta! Desde verano llevo la misma maleta. ¿Ya es Navidad? ¿Qué año es? Sé que me corto el pelo y que me afeito la barba porque me crece, pero... Ahora en serio, ha pasado que a la gente le ha gustado; o que a la gente le ha gustado y, además, era muy barato; o que era muy barato y, además, a la gente le ha gustado. Una de las tres cosas. Han apostado por usted y el tiempo les ha dado la razón. Su evolución como presentador, en LSNLS, aportando cada vez más humor, es clara. ¿Premeditado? El tiempo medio de grabación real de un concursante, desde que lo captamos hasta que llegamos a la cuarta o quinta pregunta, puede ser de una hora, aproximadamente. Porque hay que cambiar baterías, alguien se chiva de una respuesta o hay otros problemas. Con tanto tiempo, acabas haciendo payasadas. Yo estoy más suelto y los editores me tienen más pillado; es una mezcla de todo. Da la sensación de que 3.000 euros son un premio para tiempos de crisis. Y más cuando la gente se planta con 1.000. ¿Nota con el concurso la gravedad de la situación económica? Notamos mucho la crisis, porque estamos en la calle todo el día y porque es un concurso donde puedes ganar en poco tiempo un sueldo de hace cuatro años y dos sueldos de hoy. Es duro, gente que se te acerca, te explica su drama personal, te pide concursar y hay que decir que no. Además, imagínate que le coges y pierde, ¡sería peor! En un LSNLS, a una chica, en la calle, se le preguntó por el número de comensales a la última cena y respondió que dos, sin dudar. ¿Es para reírse o llorar? ¡La respuesta es muy coherente! Pero el hit, para mí, fue a una persona a la que le preguntamos: “¿De qué está hecho Pinocho?” Y la respuesta fue “de nieve, ¡no!, ¡de chocolate!”. Estallamos de risa. Aunque, ahora que el programa es más conocido, cuando la gente se equivoca se escuda en “pensé que tenía que equivocarme”. Ahora el juego tiene una dimensión divertidísima, porque, muchas veces, paramos a alguien y dice: “Uf... ¿Pa qué me ha pillado?” La gente se plantea: “¿De qué me ha visto cara?”. Muchas personas intentan hacer una estrategia: este tema, por mi edad, por la calle en la que estoy, igual tengo que equivocarme. Cuando la gente conoce el juego es muy divertido. Caiga quien caiga, donde fue presentador y reportero, representaba un programa de discurso mordaz que cuesta encontrar en televisión. ¿Tal vez la gente prefiera entretenerse que ver más realidad? La gente necesita escapar de sus problemas un rato. Hablo en primera persona: cuando estoy trabajando y me río, no pienso en mis problemas. Siempre hemos necesitado entretenernos para que las cosas duelan menos. El humor nace para eso. Sustituyó a El Gran Wyoming en El intermedio de los viernes. Eso son palabras mayores... ¿Cómo fue la experiencia? Fue una beca maravillosa que me pagaron. Fue un sueño, porque Wyoming es un referente que veía de pequeño. Estuve en CQC y en El intermedio, no me lo podía creer. Aprendí muchísimo adaptándome a un programa que ya existía a la medida de otra persona. ¡Tuve que aprender a decir muchacho sin que sonara a Wyoming! Representó la obra Animales, del inglés Ricky Gervais, en el teatro. ¿Se atrevería con un humor tan ácido y británico en la televisión? Y tanto que me atrevería. No conozco a nadie que le guste hacer reír que diga que no a hacer algo ácido sin pensar en los malditos límites del humor, ¡un concepto falso! Es como decir los límites de la tierra: ¡es redonda!, ¡no tiene límites! El humor no tiene límites. Su eslogan en Twitter es que, en Caiga quien caiga, estaban Fuentes, Arturo y el otro, y que usted era el otro. Tras el éxito de LSNLS, a lo mejor es hora de cambiar este eslogan, ¿no? El siguiente que voy a poner es yo hundí un programa en La 2 por baja audiencia; supéralo. ¿Cómo se puede hundir un programa en La 2 por baja audiencia? Por cierto, otro de sus twits decía: “Antena 3 acaba de decir volvemos en dos minutos, jajaja”. ¿Qué hacía usted ese día viendo Antena 3? ¿Qué programa? Estaba viendo Castle en Cuatro y, en una pausa de publicidad, hice zapping y me encontré con Batman en Antena 3. ¡Obviamente, prefiero Castle mil veces! Me hizo gracia. Lo curioso es que sí volvieron en dos minutos. Pero eso lo sé porque me lo dijeron por Twitter, yo volví a Castle. ¿Recuerda la primera vez que le reconocieron por la calle? No me acuerdo, pero yo, que vengo del teatro, hay veces que me lo tomo como un aplauso tarde. Otras veces siento que he perdido la intimidad para bastante tiempo. Depende del día, de cómo me pille. Mia Men