“NO ESTOY BUSCANDO QUE EL PERSONAJE CAIGA BIEN. ES MALO HASTA LA MÉDULA”
JAMES PUREFOY, protagonista de ‘The Following’ (TNT)
Cualquiera no puede interpretar a Joe Carroll, ese asesino en serie perverso y seductor a partes iguales que busca la perdición de Ryan Hardy en The Following. Y es que no todo el mundo puede estar a la altura de Kevin Bacon (Hardy), dar la talla como su antagonista televisivo y llegar a convencernos de que un grupo de homicidas sectarios no es algo tan absurdo o disparatado como podría sonar. Hablamos con el actor que lo ha hecho posible, James Purefoy, sobre lo difícil de ponerse en la piel de un demente sediento de sangre y venganza semana tras semana. ¿Cuánto sabe de Joe Carroll, su personaje en The Following? Lo suficiente como para interpretarlo. Lo vemos en la cárcel, pero también están los flashbacks, que nos van explicando cómo se convirtió en un asesino en serie. Es una persona muy complicada. Es increíblemente carismático, muy inteligente, romántico, y tiene una forma muy elegante de decir las cosas. Es mordaz y encantador.
¿Le cae bien?
Tienes que encontrar algo en cada personaje que interpretas. Para mí lo que destaca es que es un hombre que no tiene más de 40 pulsaciones por minuto. Además, Joe es muy poderoso y tiene la brillante habilidad de convertir a la gente en asesinos. Hay algo que lo distingue del típico asesino en serie, y digo típico un poco a la ligera. Pero lo que más miedo da, de este personaje, es que recurre a internet no sólo para ponerse en contacto con otros asesinos en serie, sino para dar con personas que tienen un porcentaje mínimo de asesinas en su interior. Es un manipulador. Si en ti hay una millonésima parte de un 1% de asesino, Joe la encontrará y la hará surgir.
¿Es difícil ponerse en la piel de alguien así?
Creo que los actores ingleses somos especialmente buenos, cuando se trata de meternos en el personaje y salir de él entre “Acción” y “Corten”. No soy un actor muy de método. Tampoco entiendo del todo el proceso que hace que seas el personaje todo el tiempo. Eso no deja de ser la industria del espectáculo, no es que tengas que poner realmente toda tu alma en un personaje. Tengo hijos y una casa donde vuelvo cada noche, después de trabajar.
¿Dudó en aceptar el papel? No debe
de ser alguien fácil de interpretar...
No, porque es un drama muy bueno. No dudé en absoluto. Esta temporada, había leído una cantidad horrible de pilotos y me pidieron que hiciera algunos. Y el piloto de esta serie fue el que me pareció que funcionaba de principio a fin. El guión era brillante. He leído muchos thrillers, en los que deseas que haya giros inesperados hasta que no llegues a saber qué va a pasar a continuación. Al final, quieres quedarte sin aliento y emocionado, esperando a ver el próximo capítulo. Y creo que esta serie cumple todos esos requisitos. Además, puede hacer pensar a la audiencia: “¿Qué pasaría si alguien hiciera algo así?”. Da mucho miedo.
¿Cómo encuentra la oscuridad para ponerse en la piel de Carroll?
Gracias al guión. Siempre me han encantado los guionistas y, para mí, un guión de calidad es la clave de todo. Kevin [Williamson, el creador de la serie] es muy buen escritor y sabe cómo construir y deconstruir una historia. Además, escribe muy buenos diálogos. Y, al final, acaba siendo cuestión de decir esas líneas de diálogo. La verdad es que es el personaje más oscuro que he interpretado, no es un asesino en serie que caiga bien. En televisión ya tenemos a otros asesinos en serie que sí que caen bien: Dexter, por ejemplo, mata a gente que no nos importa que muera. Pero lo que Joe hace no es elegante, ni sexy, no hay nada placentero en ello.
¿Cree que a la audiencia podría llegar a caerle bien, a pesar de ello?
Si les cae bien, tal vez tengan que preguntarse algunas cosas. Es cierto que es encantador y tiene mucho carisma, con un sentido muy elevado de la poesía, la literatura, la belleza... Antes había interpretado a tíos malos y, a veces, consigues que a la gente les gusten, a pesar de lo malos que son. Pero, en este caso, no estoy persiguiendo eso. Si llegamos a ese punto, no me pueden culpar, no estoy buscando que el personaje caiga bien. Es malo hasta la médula. Pero también es cierto que eso a mucha gente le gusta y le parece fascinante, sobre todo en Estados Unidos. Cuando llegas a Estados Unidos, te llama la atención ese amor profundo hacia la violencia y esa incomodidad absoluta hacia el amor y el sexo. Es muy extraño, nunca he acabado de entenderlo.
¿Qué tal ha sido trabajar con Kevin Bacon?
Creo que Kevin Williamson quiere que haya al menos una interacción por episodio entre nuestros personajes. Que el protagonista y el antagonista estén en la misma habitación. Un poco, es como una partida de ajedrez gigante: cuanto más escenas así tengamos, mejor será la serie. A mí me encanta trabajar con Kevin [Bacon], es un actor por definición. Cuando estamos juntos, no hay ego, todo lo que hacemos es por el bien de los personajes.