“LO MEJOR DE LA TELEVISIÓN ES QUE PUEDES APRENDER EL RITMO DE TU PERSONAJE”
JOHN SLATTERY, protagonista de ‘Mad Men’ (Canal+)
Con dos divorcios a sus espaldas, el hijo no reconocido de Joan, los efectos de algún que otro viaje ácido de más, una incapacidad crónica para dejar de beber (y fumar) y la reciente muerte de su madre, está claro que el melodrama sigue manifestándose cerca de Roger Sterling. Hablamos con el bastante más maduro e igualmente ocurrente y elegante John Slattery sobre su álter ego televisivo en Mad Men.
Esta temporada se ha atrevido con la dirección de dos episodios de Mad
Siempre había querido hacerlo y hasta esta serie no me había encontrado con un equipo que me ayudara a aprender cómo. Es una ficción en la que todo el mundo es muy bueno en su trabajo: desde los diseñadores hasta los productores y, obviamente, los guionistas y actores. Pensé que podría aprender algo de todo el mundo y pedí si podía seguir y observar a Phil Abraham [director de fotografía de Los Soprano y Mad Men]. Lo hice durante más tiempo del que le hubiera gustado y me dijeron que podía dirigir. Les debió gustar lo suficiente, porque me han dejado repetir.
¿Es difícil dirigirse a usted mismo en un capítulo?
La dificultad de actuar y dirigir a la vez se acaba reduciendo a un tema temporal, porque hay muy poco tiempo para filmar un episodio. Cuando sales en una escena, tienes que volver a verla en vídeo y, en televisión, normalmente no lo hacemos. Tienes que salir del set y sentarte a mirar la toma, lleva el doble de tiempo. Es bastante estresante, porque quieres hacerlo bien. Además, distrae un poco, porque tal vez te estás centrando en una cosa, pero entonces no te centras lo suficiente en otra. Es difícil hacer ambas tareas a la vez al máximo de tus capacidades.
A pesar de ese estrés, ¿disfruta del proceso televisivo?
Lo peor de la televisión es el horario apretado que tenemos. Una de las mejores cosas es que puedes trabajar casi cada día y aprendes el ritmo del personaje y el guión. No tienes que establecer quién es el personaje en cada escena, a veces entra en una habitación y es divertido antes de que hayas dicho nada. Además, escriben algunas cosas especialmente para mí, saben que sé contar chistes y me escriben chistes, es una relación simbiótica.
Ésta será, seguramente, la penúltima temporada de la serie, una información que debe ser útil para los guionistas, porque pueden planificar el final. ¿Lo es también para los actores?
La verdad es que no. No puedes interpretar el final antes de que suceda. Ni siquiera sé qué pasará al final de esta temporada o en el próximo guión, para el que sólo faltan 10 días. Matthew [Weiner, creador de Mad Men] dice que tiene una imagen del final, pero no sé si sabe cómo llegará hasta allí, debe tener una imagen de Draper al final, no sé si también del resto de personajes. Es triste saber que la serie terminará, pero tiene sentido, ha estado emitiéndose bastante tiempo. Espero seguir en ella hasta el final y dar entrevistas también el año que viene.
¿Qué le gustaría que le deparara su personaje, estas
Probablemente, más sexo. No lo sé. Intento anticipar cosas, pero nunca se me ocurre nada tan bueno como a Matt. Ya sé que parece que escurra el bulto, pero es que no tengo una visión para Roger más allá de cuando voy a trabajar y leo el guión y me pongo la corbata y lo interpreto. Y entonces me quito la corbata y me voy a casa. Por mucho que me guste, lo dejo en el set.
¿No se lo lleva puesto?
No es que no me lo tome en serio: me preparo y paso mucho tiempo pensando cómo hacer las cosas. Acabo de dirigir esos dos capítulos y he estado viviendo en el set durante 16 horas al día, los últimos dos meses, pero esa angustia existencial que siente Roger no me abruma de una forma que tenga que vivirla para poder interpretarla. Me basta con pensar sobre ello, prepararme y luego irme a la cama. Al día siguiente, voy a trabajar y lo hago y lo dejo ahí. Creo que la dirección me ayuda, en ese sentido, porque te das cuenta de que no estás solo llevando la carga. Solía pensar así y creo que es algo que les pasa a muchos actores. Pensamos: “Si no me sale bien esa escena, toda la película se va a ir a la mierda”. Pero no es el caso, hay muchas otras formas para joder una película. Además, el proceso de edición es increíble, se puede meter a alguien en una escena o dejarlo fuera, coger el sonido de una toma y ponerlo en tu boca en otra. Se puede hacer que cualquier cosa parezca aceptable.
¿Algún proyecto para después de
Me gustaría dirigir, estoy preparando una serie para internet que estoy produciendo y dirigiendo. Y voy a hacer una película, se hará público pronto. Escribí el guión, adaptando un libro.
¿Por qué este gusto por la dirección?
Para mí es nuevo y me representa un reto. Estoy empezando a sentir un poco de confianza y tengo la sensación de que puedo hacerlo. Además, me gusta decirle a la gente lo que tiene que hacer [risas]. Es sólo que tengo una opinión y, si alguien está dispuesto a escucharme, perfecto.