Pensamiento nacional
Polémica en Argentina por la creación de un viceministerio ideológico para consolidar la filosofía kirchnerista
El gobierno argentino sorprende con su decisión de crear un viceministerio con el objetivo de fomentar el “pensamiento nacional”.
El Gobierno argentino acaba de crear un viceministerio para fomentar el “pensamiento nacional”, que da mucho que pensar. Las críticas opositoras han sido inmediatas y las comparaciones, odiosas. Suena a comisariado político. El nuevo departamento se denomina secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional y su responsable es el filósofo Ricardo Forster.
De 56 años, Forster, profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires y seguidor de Walter Benjamin, es uno de los fundadores de Carta Abierta, colectivo de pensadores que durante estos once años ha dado cobertura intelectual a las decisiones más polémicas del kirchnerismo. Además, en las legislativas del año pasado fue candidato a diputado por el partido del Gobierno, aunque no logró el escaño.
La secretaría se integra en el recientemente creado Ministerio de Cultura y tiene por objeto “diseñar, coordinar e instrumentar una usina de pensamiento nacional”, que en el decreto de creación también se amplía al pensamiento “latinoamericano”. Con su última iniciativa, la presidenta
El filósofo Ricardo Forster, de 56 años, es el flamante secretario de Pensamiento Nacional
Cristina Fernández se lo ha puesto muy fácil a los opositores.
El diputado radical Ricardo Alfonsín tuiteó: “Produce una inquietante evocación del orwelliano Ministerio de la Verdad”. Pero lo que realmente molestó a Forster fue que en las redes sociales y en las tertulias radiofónicas lo compararan con el ministro de Propaganda e Información nazi, Joseph Goebbels.
“Es una bajeza, una cosa vil”, respondió Forster en una de las tantas entrevistas que se vio obligado a dar. “Hay mucha mezquindad, mucha estupidez, mucho reduccionismo; yo no provengo del pensamiento popular, mi formación está en la tradición de ideas europeas”, agregó.
El grupo Carta Abierta, influenciado por el politólogo posmarxista argentino Ernesto Laclau –fallecido en abril pasado– ha defendido el populismo como modelo de gobierno desde poco después de que Néstor Kirchner llegara al poder en el 2003. El peronismo es un movimiento esencialmente nacionalista y populista. Además, Carta Abierta ha promovido un revisionismo histórico que, implícitamente, ha llevado a entroncar a Kirchner con los ideales de los próceres de la patria.
“Mi visión no es sesgada, ni parcial, y en la secretaría vamos a incorporar a todas las tradiciones intelectuales”, insistió Forster a La Nación, tratando de desmarcarse una y otra vez del peronismo y del autoritarismo que la oposición ve en el kirchnerismo.
Tanto Fernández como su difunto esposo se llenaron estos años la boca con la palabra diálogo pero, en cambio, sus gobiernos se han caracterizado por una dura confrontación con la oposición y la ausencia de debate en la mayoría de decisiones de Estado. No se celebran consejos de ministros y han sido escasas la ruedas de prensa y entrevistas concedidas desde la presidencia.
Por ello Forster ha sido recibido por la oposición como un comisario político con poca credibilidad pese a reiterar en La Nación: “Va a haber lugar para la tradición liberal, para el peronismo, para la izquierda y para el radicalismo”. Y pese a echar mano de su pasado académico en Página 12: “Si se tomaran la molestia de leer lo que he escrito, lejos van a ver que pueda tener una tradición de dogmatismo o pensamiento único”.