Una fiesta de la católica posguerra
La Cremada del Dimoni es el plato fuerte de las Festes de Maig de Badalona. Cada año, durante la víspera de la festividad de Sant Anastasi, patrón de la ciudad, se quema en la playa una figura alegórica del demonio, con gran despliegue de fuegos artificiales.
¿De dónde viene esta tradición? No se trata de una adaptación catalana de las fallas valencianas, ni es un rito ancestral. El demonio empezó a arder en Badalona durante la más dura posguerra.
1940. En aquel tiempo de silencio, la cofradía de Sant Anastasi quiso celebrar la recuperación de los festejos patronales tras el periodo republicano, quemando al Maligno. Les asesoró el historiador local Josep Maria Cuyàs, un hombre de profundas convicciones católicas, quien recordaba que en el Calaix de Sastre del Baró de Maldà se explica que en el siglo XVIII los pescadores de Badalona quemaban un figurón en la playa, construido con la madera de viejas embarcaciones.
Acto de afirmación católica en una ciudad obrera, republicana y cenetista. Con el paso de los años se convirtió en una verdadera tradición popular, sin connotaciones religiosas.
Los jóvenes de la CUP harían bien en repasar la historia de Badalona.